Image

Esquel

Esquel

Una simple conexión humana puede salvar una vida

9dab3c545b2aca4996ebf26a2e2d1beaf387f3c0_254x191Una línea de ayuda de 24 horas en el Reino Unido conocida como Samaritanos ayudó a Sophie Andrews a convertirse en una sobreviviente de abuso sexual infantil. En una charla Ted relata en primera persona como ese simple contacto en que una mujer al otro lado de la línea la escuchó de manera empática, amable y confidencial, le cambió rotundamente su vida. El simple acto de escuchar, en lugar de dar consejos, a menudo es la mejor manera de ayudar a alguien que lo necesita.

Muchas de las historias que asoman en los legajos de investigación del Ministerio Público Fiscal, dan cuenta del poder de la escucha. Historias en las que las víctimas son personas que sufren distintos tipos de violencias, son manipuladas emocionalmente para mantener en secreto y a veces justificar las conductas agresivas que padecen. Cuando logran romper el silencio se inicia una nueva etapa, pero no siempre son escuchadas la primera vez que se animan a contar a alguien cercano lo que les sucede. Mientras no encuentran a alguien receptivo, el delito continúa.  

“Cuando hablo de mi vida personal a menudo digo que he tenido suerte. Y la gente en general me pregunta por qué. Y es porque, en cada etapa de mi vida, he tenido la suerte de tener a alguien a mi lado en el momento adecuado, quien tal vez ha creído en mí, que a su vez me ha ayudado solo para creer un poco más en mí misma, lo que ha sido muy importante. Y todos necesitan un receptor en algún momento de sus vidas”, relata Sophie en una charla Ted.

Andrews fue abandonada por su madre a los 12 años. La mujer se fue dejándola en la casa familiar, con su padre. En ese entonces era abusada por el padre y los amigos de él. Desesperada llamó por primera vez a una ONG. Sin embargo el contacto que sería clave en su vida ocurrió dos años después. Su situación era mucho más extrema. Había escapado de su casa hacía tres días. Dormía en la calle. Se cortó el brazo con un cristal roto y cayó en un sueño agitado y agotado en una estación de tren. Temprano en la mañana, cuando se abrieron los baños de la estación, se puso dolorosamente de pie y se dirigió hacia ellos. Cuando vio su reflejo en el espejo, empezó a llorar. Su cara estaba sucia y cubierta de lágrimas; su camisa estaba rasgada y cubierta de sangre. Parecía que había estado en la calle durante tres meses, no tres días. Se lavó lo mejor que pudo. Le dolían mucho los brazos y el estómago. Se trató de limpiar las heridas, pero cualquier presión hacía sangrar las heridas nuevamente. Necesitaba sutura, pero no había forma de que fuera a un hospital. La habrían enviado de regreso a casa otra vez. De vuelta a él. Ella se ajustó la chaqueta. Se abrochó la chaqueta para cubrir la sangre. Se miró al espejo. Se veía un poco mejor que antes, pero ya no le importaba. Solo se podía pensar en una cosa. Salió de la estación y entró en una cabina telefónica cercana… El relato de Sophie continúa reproduciendo la comunicación telefónica.

-          (mujer) Hola, Samaritanos, ¿Puedo ayudarte?

-          (Sophie) Yo no sé.

-          (mujer) ¿Qué pasó? Pareces muy perturbada… (llanto) ¿Por qué no comienzas diciéndome tu nombre? Soy Palm, ¿cómo te puedo llamar? ¿Desde dónde estás hablando? ¿Estás a salvo?

-          (Sophie) …

-          (mujer) ¿Qué te pudo hacer mal?

-          (Sophie) Solo quiero morir. Todos los días me levanto y quiero estar muerta. Si él no me mata, entonces, creo, que quiero hacerlo yo misma.

-          (mujer) Me alegro de que hayas llamado. Empecemos desde el principio

Palm continuó preguntando amablemente a la niña, ella no dijo mucho. Hubo muchos silencios. Pero ella sabía que estaba allí y tener a Palm al otro lado del teléfono era muy reconfortante.

Samaritanos es una ONG inglesa que existe desde 1953. Funciona como una línea telefónica de ayuda confidencial para cualquiera que pueda sentirse desesperado o suicida. Los voluntarios responden el teléfono todo el día todos los días del año, y las llamadas son confidenciales. Durante mi adolescencia, cuando estaba más desesperada, Samaritanos se convirtió en mi salvavidas. Me prometieron total confidencialidad. Y eso me permitió confiar en ellos. Inquietante porque sin duda sabían mi historia, pero nunca la mostraron. Siempre estuvieron ahí para mí y escucharon sin juzgarme. En general me alentaron gentilmente para que obtuviera ayuda; nunca me sentí fuera de control con ellos. Un paralelismo interesante, pues me sentía fuera de control en todos los demás aspectos de mi vida. Sentía que mi autolesión era probablemente lo único que parecía poder controlar. Unos años más tarde, logré tener algo de control en mi vida. Y tuve el apoyo apropiado para permitirme vivir con lo que sucedió. Me convertí en una sobreviviente de abuso en lugar de una víctima.

Cuando Sophie alcanzó los 21 años, volvió a llamar a la ONG. Esta vez no buscaba ayuda, era ella la que quería ayudar. Se ofrecía como voluntaria. Quería dar algo a “cambio a la organización que realmente me había salvado la vida. Sabía que el simple acto de escuchar de manera empática podría tener un efecto profundo. Sabía que alguien escuchando sin juzgar marcaría una gran diferencia”. Andrews cuenta que tuvo una gran sensación de plenitud de poder ayudar a la gente. En 2008 se convirtió en presidenta de la organización y en la actualidad tiene su propia ONG que ofrece una línea destinada a escuchar a las personas de tercera edad que se sienten solas.

Nunca, nunca subestimen el poder de una simple conexión humana. Porque puede ser, y muy a menudo lo es, el poder de salvar una vida.

La conferencia de Sophie Andrews AQUÍ

Nuestras Visitas

  Hoy 2918

  Ayer 8050

  Esta semana 25910

  Este mes 253895

  Total histórico 21744882

©2024 Ministerio Público Fiscal del Chubut. Todos los derechos reservados.