Robo agravado a despensa
QUEBRADO, EL MENOR LE PIDIÓ PERDÓN A LAS VÍCTIMAS Y ACEPTÓ LA CONDENA
El imputado por el robo a mano armada con cuchillo, ocurrido en enero de este
año, reconoció su responsabilidad en el hecho y pidió “de corazón” disculpas a
sus víctimas. Sucedió en una audiencia realizada este mediodía (viernes),
donde por el mecanismo de juicio abreviado y por tratarse de un menor de edad,
se le impusieron medidas tutelares por dos años. Las víctimas pudieron
expresarle lo que significó ese hecho delictivo en sus vidas e instarlo a
reflexionar, al igual que el Juez, le pidieron al adolescente que piense como
se sentiría si en lugar de ellos, aquella tarde, la asaltada fuera su madre.
Quebrado, el imputado manifestó su arrepentimiento y pidió que entiendan que
fue un “error de pendejo”.
El 19 de enero de este año, a la hora de la siesta, entre las 15 y las 16 hs.,
un chico que entonces tenía 16 años, acompañado de otros dos aun no
identificados, entró a una despensa denominada El Gallego, en calle Saenz Peña
y Pasaje Pacheco de Esquel, con la intencionalidad de cometer un robo. El
comercio estaba abierto, los jóvenes habían permanecido en la vereda,
controlando el movimiento del lugar. El imputado entró primero como un cliente
más a comprar unos cigarrillos y chicles, y luego se quedó en la puerta a
manera de campana. Los otros dos ingresaron portando cuchillos, redujeron a
los propietarios, los amenazaron con matarlos si no les entregaban el dinero.
Uno tomó a la mujer por atrás, poniéndole el cuchillo al cuello mientras el
otro, apuntando al marido de esta, le exigía la recaudación. Con esa
estrategia se hicieron de $500 y se dieron a la fuga.
El, hasta ahora, único imputado fue acusado y finalmente condenado como
coautor de robo doblemente agravado por ser cometido con arma y en poblado y
en banda, tal como lo requirió la Dra. Fernanda Révori del Ministerio Público
Fiscal.
El acuerdo
El joven, ahora con 17 años, aceptó su responsabilidad y la imposición de una
condena en los términos de la ley penal de menores (Nº 22.278), por tratarse
de un menor imputable. De este modo aceptó también que se le aplique un
paquete de normas tutelares que implican un cierto régimen de libertad
asistida, con diversas restricciones, entre ellas la prohibición de salir de
noche sin el acompañamiento de su madre o un adulto responsable, prohibición
de acercamiento a las víctimas del hecho, de consumir en exceso bebidas
alcohólicas; hasta una serie de actividades formativas, todo esto por un plazo
de dos años. Durante este tiempo el COSE tendrá cierta supervisión del
cumplimiento y transcurrido el plazo se realizará una nueva audiencia para
constatar si se cometió alguna falta. El Juez le especificó al joven que en
caso de incumplir alguna de las medidas, esto se le imputará como un nuevo
delito, además de complicar su situación en el marco de la propia condena en
cumplimiento.
Amonestado
Jorge Criado, tal como prevé la ley, reprochó con una amonestación el accionar
reconocido por el imputado. “Están las víctimas presentes acá… tenga usted la
disposición de imaginar que hubiera sido su madre la que atendía ese comercio
y que llega gente y procede de la manera en que procedieron usted con sus
compañeros, apuntándola con un arma, poniéndole el arma en el cuello,
amenazándola de muerte y procediendo a retirarle elementos como el dinero o
cual fuere, que eran de su propiedad y procedentes del trabajo lícito.
Entonces usted tiene que hacer ese ejercicio mental, a la edad que tiene, para
darse cuenta de que esto no está bien. Esto de la amonestación no es (para)
que a usted le entre por un oído y le salga por el otro, sino no tiene objeto
que la ley lo determine de esta manera, y creo que el descrédito que tiene la
sociedad hoy en día de la ley penal, es porque no se hacen satisfactoriamente
este tipo de admoniciones. Usted sepa que si no cumple lo que yo le impongo
estaría generándose usted mismo una responsabilidad mayor en esta actuación y
en las que vengan después”, planteó el magistrado, solicitándole que se dé
vuelta, mire de frente a las víctimas presentes, y les pida sinceras
disculpas.
Un error de pendejo
“Yo de corazón señores, con la mano en el corazón, les pido disculpas si le
hicimos pasar un mal momento, si les hice pasar un mal momento, en frente de
mi mamá, de mi hermana y de todos ustedes…”, reconoció el imputado en el marco
de lo que se convirtió en un breve diálogo con las víctimas.
- Yo sé que fue una macana lo que hice, o lo qué…
- ¿Vos te das cuenta que nos cagaste la vida, no?
- Ya le dije, pero es, es un error, un error de pendejo
- Dale capo…
El cruce verbal fue interrumpido por el Juez que les pidió a los protagonistas
de la historia juzgada que no dialoguen entre sí, que cada uno hable a su
turno.
El imputado continuó:
- Yo sé que hice mal – dijo quebrado el joven – se… yo sé… a la señora la he
visto porque viven cerca de la escuela que yo voy… y la he visto pasar varias
veces y no le hago nada, porque no le hago nada… porque si es otro y voy y lo
paro y le pongo… y no, no es así, yo esto arre-pen-ti-do los dejo pasar y no
les digo nada. – el Juez volvió a realizar una observación para que no se
produzca un diálogo, sino que se mantengan los turnos para hablar – porque yo
no he… los he visto pasar yo y que hago yo, no es como dicen ahí que voy a
volver y los voy a matar, no es así…
- Vos ponete en mi lugar – dijo la dueña del comercio robado – que en vez de
haber sido yo hubiera sido tu mamá, hubiera sido tu papá, hubieran sido tus
hermanos, que están acá mirando en este momento, y le hacés una cosa de esas.
Tenés 17 años, no te ponés a pensar cuando tengas 25, 30… Y nosotros estamos,
yo le había pedido a la Fiscal que la decisión la tomara ella… Si no
aprovechás esta oportunidad, esta oportunidad que te están dando, vas a volver
a caer…
- Por eso lo estoy haciendo señora – dijo el chico entre lágrimas.
El Juez interrumpió, entendiendo que había sido suficiente y le dijo al
imputado que considera valioso que escuche lo que sienten las víctimas “porque
yo creo que a la edad que vos tenés mucho del desarrollo tuyo tiene que ver
con el grado de educación que tenés y por otra parte pareciera que la juventud
en esta época vive como en una película y que no tuviera consecuencias. Todo
lo que vos hagas tiene consecuencias. Y vos pensá que lo que haga otra gente,
mañana vos podés ser la víctima de lo que está pasando, en este caso te ha
tocado estar del otro lado”. Criado consideró que las disculpas del imputado
fueron sinceras, “mas allá que las pueda aceptar moralmente la familia” de las
víctimas.
Las medidas
La resolución dispuso que el chico continúe con la actividad escolar, además
de imponérsele que no podrá salir mas allá de las 21 hs. sin la compañía de su
madre o de algún adulto responsable y no podrá acercarse, por ningún motivo, a
menos de 100 mts. de las víctimas del hecho. Tampoco podrá asistir a locales
comerciales en los que se expendan bebidas alcohólicas, ni consumirlas en
exceso. Tal como solicitó la Dra. Fernanda Révori, del Ministerio Fiscal, el
joven será acompañado por un programa de libertad asistida a cargo de
profesionales del COSE, en caso de considerarse necesario este acompañamiento
podría extenderse a su familia. Parte de las medidas a cumplir, lo será el
tratamiento psicológico que ya viene realizando el chico. El Juez dijo que
solo a él se lo puede imponer, pero sería bueno que se tratara de manera
conjunta con su madre en el marco de una terapia familiar.
Las medidas tienen un plazo de dos años, luego del cual se realizará una nueva
audiencia para constatar si se cumplió con todo lo impuesto.
Participó también de la audiencia la Asesoría de Menores.