El mediodía del viernes se realizó la lectura de la sentencia por la causa de mala praxis a Fanny Huenchul y la juez penal Flavia Trincheri resolvió “condenar a Jorge Omar Rojas como autor material y responsable del delito de lesiones culposas, artículo 94 del Código Penal, a la pena de dos años de prisión en suspenso y costas, e inhabilitación especial por el termino de cuatro años por el hecho cometido en esta ciudad de Puerto Madryn el día uno de febrero de 2008 en perjuicio de Fanny Huenchul”. Además, la juez Trincheri impuso “durante el término de la condena las siguientes reglas de conducta: fijar residencia, domicilio del cual no podrá ausentarse sin autorización de este tribunal y abstenerse de usar estupefacientes o de abusar de bebidas alcohólicas”. Asimismo, tal cual lo expresado en la audiencia anterior, absolvió al cirujano David Enrique Thommen.
Durante la audiencia, realizada en la sala de audiencias de los tribunales locales, estuvieron presentes la Fiscal Marcela Pérez junto a Fanny Huenchul y su esposo, Enrique Marinao. También participó el imputado Jorge Rojas junto a su abogado defensor Carlos Maria Villada, e integrantes de su equipo de abogados. Todos escucharon la lectura de la sentencia de la Juez Flavia Trincheri, quien es su resolución afirma que“la circunstancia que el galeno no haya cumplido con las reglas que impone su profesión para este tipo de intervención fueron las que ocasionaron la lesión que padece la Sra. Fanny Huenchul. La misma fue determinante del resultado, ya que se encuentra acreditado, más allá de toda duda, que si el facultativo hubiera cumplido con su deber de cuidado esta no se hubiera producido” y posteriormente agrega que “si el señor Jorge Omar Rojas se hubiera abocado a la recuperación post-operatoria la que se inicia al término de la cirugía, en la extubación o transporte del paciente, finalizando en el traslado del paciente a su habitación de origen, controlando el manejo de la vía aérea, y verificando que la señora Huenchul se encontraba recuperada del efecto de la anestesia, despierta, constatando ello efectuándole preguntas, requiriéndole que haga determinados movimientos como toser o sacar la lengua y por último comprobar que su estabilidad se refleje hemodinámicamente en los parámetros de presión, pulso y respiración; el daño irreversible en su salud no se hubiera producido”.