En la mañana del lunes comenzó en sede de los tribunales penales ordinarios la primera jornada de debate por el suceso acontecido el 5 de agosto de 2014 que tiene como imputados a Gustavo Martínez, Lucas Emanuel Ávila Maya y Mariela Martínez. Entre los testimonios destacados de la fecha estuvieron los de la madre y padre de la víctima, que también resultaron lesionados en el hecho. La fiscal planteó que va a probar en el debate la autoría de los imputados del delito de robo con resultado muerte y lesiones, cometido con arma de fuego. Las defensa de Ávila Maya y Mariela Martínez su no participación; en tanto que la de Gustavo Martínez “que desconocía que su compañero llevaba un arma”.
El tribunal de debate fue integrado por Mariano Nicosia, Gladys Olavarría y residido por Jorge Odorisio, jueces penales; por el Ministerio Público Fiscal actuaron Camila Banfi, fiscal general y Martín Cosmaro, funcionario de fiscalía; la defensa de Ávila Maya fue ejercida por Viviana Barillari, la de Gustavo Martínez por Cristina Sadino, defensoras públicas y la de Mariela Martínez por Miguel Donett, abogado particular.
En su presentación del caso la fiscal sostuvo que va a probar a lo largo del debate la responsabilidad de los tres imputado en el hecho de robo con arma y homicidio acontecido el 5 de agosto de 2014 en perjuicio de la familia Blanco. Días previos al momento del hecho, los tres imputados, Gustavo Martínez, Mariela Martínez y Lucas Avila Maya, habrían realizado actos preparatorios al ilícito. Aquel día se hicieron presentes, previa minuciosa vigilancia, en la finca de la familia Blanco. Ingresan por la parte trasera de la misma contra la voluntad de sus moradores. Sorprendiendo a sus ocupantes en su interior exigiéndoles que les entregaran dinero. La señora de la casa comenzó a gritar provocando que su marido se despertase, tomando un arma de fuego que guardaba y dirigiéndose al lugar donde se desarrollaba el suceso. Al observar que su esposa e hijo estaban siendo intimidados por los agresores les gritó provocando que Martínez y Ávila Maya comenzaran a disparar al menos en cinco oportunidades con las armas que llevaban en dirección a las víctimas, haciendo lo propio el Sr. Blanco al menos en una oportunidad. Impactando los disparos efectuados por los agresores en el padre del fallecido, su esposa en su pierna derecha y Santiago Blanco en su abdomen. En el intercambio de disparos Gustavo Martínez fue alcanzado por un proyectil que impactó en su abdomen pero logró retirarse mal herido del inmueble, logrando darse a la fuga del lugar en un rodado conducido por Mariela Martínez. Producto de las lesiones causadas por los coautores mencionados Santiago Blanco perdió posteriormente la vida. Seguido al hecho dejan a Gustavo Martínez herido en el Hospital; y Mariela Martínez y Lucas Ávila Maya huyen con identidades apócrifas hacia Mendoza, donde fueron detenidos.
Calificando el hecho como “homicidio en ocasión de robo y robo doblemente agravado por el uso de arma de fuego y por las lesiones graves” ocasionadas, en calidad de coautores para Lucas Ávila Maya y Gustavo Martínez; y en calidad de participe necesario para Mariela Martínez, “en concurso ideal de delitos”.
Por su parte la defensora de Ávila Maya sostuvo que “no ha tenido participación en el hecho, sólo sus consortes de causa lo ubican, pero no hay indicios que así lo corroboren”. Solicitando su desvinculación del caso ya que “no es responsable” del mismo.
Asimismo la defensora de Gustavo Martínez afirmó que su pupilo “desconocía que su compañero llevaba un arma”. El resultado muerte y las lesiones causadas tienen un único autor y no es su defendido. Admitiendo que se lo podría imputar pero del delito de “robo simple”.
En igual sintonía el defensor de Mariela Martínez argumentó que no tuvo dominio del hecho y que no fue autora del mismo. “No existe prueba que Mariela Martínez conducía ese vehículo, es inocente”, enfatizó.
La madre de la víctima mortal recuerda que entran dos personas a la casa y la agarran del cuello, “¿Dónde está la otra chica?” y el apuntan con un arma en la cabeza. Recibe un tiro en una pierna y ve a su esposo ensangrentado, con la mano lastimada. Su hijo decía “¿porqué tiras?”. Lo mataron sin motivo porque obedeció todo lo que le pidieron, concluyó.
Su marido recuerda que estaba durmiendo, escucha ruidos, se levanta y ve que tenían tirados a su señora y a Santiago. Regresa a buscar un arma en la mesa de luz. Vuelve y dice “alto”, a lo cual contestan con una serie de disparos, que le impactan en su mano y pernas.
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