DECLARARON NULA UNA SENTENCIA DEL JUEZ CASAL EN UNA CAUSA POR APREMIOS ILEGALES EN  RIO MAYO La Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia integrada por los ministros Daniel Alejandro Rebaglati Russell, Alejandro Javier Panizzi y Fernando Royer dictaron sentencia en el marco de una causa por los delitos de apremios ilegales, amenazas con armas-2 hechos-,  y lesiones leves en concurso real, por los que fueron llevados a juicio los empleados policiales Dante Edmundo Lizama y José Rolando Cárdenas quienes recibieron una sentencia absolutoria dictada por el juez Roberto Casal  el 03 de julio del año 2008.  Los ministros  resolvieron declarar procedente la impugnación extraordinaria presentada por el Fiscal Raúl Coronel y  declarar la nulidad de la sentencia del magistrado de Sarmiento. Asimismo, indicaron que corresponde la realización de un nuevo juicio. Se debe recordar que la audiencia de debate por esta causa se llevo adelante en la sala del Honorable Concejo Deliberante de  Rio Mayo los días 25 y 26 de junio del año 2008 y finalmente el 03 de julio de ese mismo año, el juez Casal informo que absolvía libremente de culpa y cargo a los acusados mediante la aplicación del beneficio de la duda.    Los Hechos El día 26 de julio del 2007, aproximadamente a las 03:30 horas los empleados policiales Lizama y Cárdenas, son requeridos  por una mujer domiciliada en la calle 9 de Julio en la localidad de Rio Mayo,  para que concurrieran a su casa debido a que un grupo de personas producían molestias a los vecinos. Al llegar al lugar, los imputados se dirigieron a una pieza ubicada en cercanías de la casa  de la denunciante y encontraron allí a un grupo de jóvenes a los que les explicaron el motivo de la presencia policial  y luego los sacaron a empujones del lugar. Uno de los integrantes del grupo que se hallaba en la pieza, intento pedir explicaciones por lo que estaba ocurriendo y recibió como respuesta por parte del policía Cárdenas un cabezazo en la nariz y cayó al piso. Al observar esta situación, interviene otro joven preguntando porque le habían pegado a su amigo. La respuesta por parte del sargento ayudante  Lizama, fue un golpe de puño en la mandíbula de la víctima. Con las victimas en el piso, los policías sacaron sus armas reglamentarias y mientras les apuntaban, les dijeron que si no se retiraban del lugar les metían un tiro. Posteriormente, los jóvenes agredidos y sus padres se acercaron a la comisaría donde fueron atendidos por el sargento Lizama. Al pedir explicaciones por lo que había sucedido horas antes con sus hijos, el policía les informo que no respondería sus preguntas y  tampoco llamaría al comisario. Ante la insistencia, de los familiares de las víctimas, Lizama fue a una oficina ubicada detrás de la guardia  de la dependencia policial y regreso con un arma, con la que amenazo   con pegarle un tiro a uno de los denunciantes y diciéndole “vamos, vamos afuera sí sos machito”.