Trelew

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LA PROBLEMATICA DE LA MINORIDAD REFLEJADA EN EL TESTIMONIO DE UNA MADRE QUE HABLO DURANTE UNA AUDIENCIA

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  "Yo no he visto la protección de los derechos del niño en los momentos de mayor necesidad", expresó la madre de un menor que había sido detenido por un robo agravado que había cometido contra una señora, a quien le arrebató el celular y la cartera, luego de amenazarla con un cuchillo.   En la audiencia de control realizada en sala de audiencias de los Tribunales de Trelew, luego de la determinación del Juez, Fabio Monti, dando lugar a la apertura de la investigación solicitada por el Fiscal General, Oscar Oro, el defensor, Lisandro Benítez aludió a que su defendido, un joven de 17 años, manifestaba su deseo de estudiar, instando a la madre, presente en la sala, a proceder favoreciendo los deseos de su hijo.   Fue allí cuando la señora tomó la palabra señalando que la situación por la cuál atraviesa ella y sus hijos es difícil, reconociendo que se fue agravando a partir de cuestiones personales que llevaron a su separación debiendo hacerse cargo de ellos, sin una mínima ayuda. "La mas interesada en que estudie soy yo", manifestó, para luego agregar: "siempre lo estoy previniendo, siempre me hice responsable, se le habla en forma permanente de esto, del peligro de los antecedentes que se sientan, pero no es suficiente".   En tono apesadumbrado recalcó que a ella no le gusta esto que pasa: "es verdad que no puede tener ciertas cosas, pero esto que hace no es la mejor forma de obtenerlas. Abandonó la escuela el año pasado, un chico que no se ocupa en nada se termina involucrando con gente que no debe, siempre le achaco esto", siguió diciendo, afirmando que es obvio que si se mete con esa gente va a terminar cayendo, tomando, drogándose.   Mas adelante expuso aspectos de su situación personal, explicando que alguna vez vió a un abogado y le  contó todo lo que aquí dice. "De que forma puedo hacerme cargo de él?", se preguntó, indicando que tiene un niño enfermo de dos años y una de cinco. "El tiene que tomar conciencia", señaló la madre, sentada junto a su hijo.   En el lugar se encontraba la asesora de menores quien le hizo saber que daría cuenta de su problema al servicio de protección de derechos, en tanto el doctor Benítez intentó brindar una respuesta hablando de la creación de un área sobre derechos vulnerados en la Defensoría Pública. Allí la mujer afirmó: "la protección de derechos aparece cuando suceden estas cosas, de que derechos me hablan?, nosotros estamos padeciendo desde el 2003 mas o menos, saben ustedes lo que es ir al colegio sin zapatillas?, donde están los derechos ahí?", dejando entrever la desigualdad y marginalidad puestas de manifiesto en estas instancias.   "Yo no he visto los derechos del niño en los momentos de mayor necesidad, aparte si no hay un seguimiento, vienen cuando pasa algo así, después lo sueltan y listo. Quien fue a decirme de los derechos cuando no tuve para darles de comer, para mandarlos a la escuela, deriven donde quieran", expresó resignada. De todas maneras, también se hizo cargo de su responsabilidad cuando aseveró haber llegado a este punto por diversos motivos. Así y todo, aseveró que a pesar de todo no le gusta andar mendigando: "soy del campo y fui a la escuela allí, siempre necesité pero nunca se me dió por hacer cosas malas, uno no tiene que hacer esas cosas.   El Juez atinó a manifestarle a la madre sobre la necesidad de hablarle, a lo que la señora respondió indicando que le habla permanentemente. "Yo puedo controlar lo que pasa de la puerta de casa hacia adentro, pero que pasa cuando sale a la calle y se encuentra con esta gente que lo lleva por otro camino, que lo invita a tomar y a drogarse", remarcando que "yo le hablo siempre, pero evidentemente tenemos distintos idiomas, ojalá pudiéramos hablar el mismo".  El adolescente imputado alcanzó a decir que acudió a  varias escuelas para inscribirse, pero no le dieron lugar en ninguna, siendo tratado con evasivas, según explicó, ante lo cuál la asesora dijo que pediría informes en la supervisión correspondiente. EL GRITO Y EL SILENCIO   José Luis Pope   El crudo relato efectuado por la madre de quien fue traído a la audiencia de control siendo menor de edad, reitera una situación que no puede resultar extraña, mas allá de estadísticas que involucran a los menores en riesgo. Aún existiendo un solo adolescente con una precaria contención social, debería ser preocupación de todos los agentes involucrados en esta problemática y de la sociedad toda.   Sucede que cuando llegan a estas instancias, habiendo cometido un delito, el riesgo es mayor y difícil de revertir si no se observa una atención adecuada. En ese sentido existen estamentos con diversos programas, los cuales a veces pueden dar resultados positivos y otras no tanto.   El problema es preguntarse por que se llega a esto, y desde ese lugar se deben valorar las expresiones de la mujer, que reconoce su responsabilidad, pero que pega un grito desesperado pidiendo ayuda. Es justamente ese grito el que se escucha de madres y personas que se encuentran en similar situación  llegando a los estrados judiciales sin encontrar una respuesta, perdiéndose ese grito en un silencio que a veces incomoda.   De esto se aprovechan aquellos que negocian con las necesidades de esta gente, y esperan que desde la desesperación, el desamparo y la falta de contención, lleguen corriendo aquellos chicos hechos signos de pregunta, buscando una respuesta, que no obtienen, sino a través del alcohol, el pegamento, la droga.   Los dichos de la mujer no son nuevos, se pueden escuchar de una u otra manera en diferentes audiencias, pero también en numerosos despachos e instituciones. Nosotros mismos, como integrantes de una sociedad no deberíamos permitir que esto siga sucediendo, porque es muy fácil patalear pidiendo seguridad ante los efectos, sin tener en cuenta las  causas que se atraviesan hasta llegar a estas consecuencias.   Si seguimos mirando para otro lado, nos deberemos acostumbrar a este tipo de eventos, a estos gritos, a estos silencios. Y mañana, como vimos ayer y vemos hoy, seguiremos mirando como esos menores, ya pasados los 18 se convertirán en aquellos "delincuentes" a quienes deberemos reprimir velando por nuestra seguridad. Entretanto, hay muchos como esa señora que nos gritan pidiendo ayuda, seremos capaces de hacer algo?

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