En el transcurso de la mañana del jueves se realizó en los tribunales del barrio Roca la cuarta jornada de la audiencia oral y pública en la que se ventila el suceso acontecido el pasado 15 de septiembre de 2013. De los testimonios escuchados trascendió el del médico forense que practicó la autopsia a Epulef cuyo resultado fue su fallecimiento por paro cardiorespiratorio traumático, producido por un shock hipovolémico por lesión de arma de fuego en pulmón izquierdo.

En primer término se resolvió un planteo de la defensa de suspender el debate hasta la comparecencia de un testigo que se encuentra fuera de la ciudad. La fiscalía no formuló objeción haciendo mención a que ya hubo un anticipo jurisdiccional de prueba con el testigo y que, en caso de no poder ser habido, se incorpore el anticipo. Por su parte el tribunal resolvió no hacer lugar a la suspensión del debate y continuar con el desarrollo del mismo.

Ante esto el defensor interpuso un recurso de queja por la decisión adoptada por el tribunal, que posee un “atisbo de parcialidad”, ya “el temor se volvió una realidad”. Propiciando la recusación del presidente del tribunal, y una nueva celebración de juicio bajo un tribunal imparcial “que permita el libre ejercicio del derecho a defensa”. El fiscal por su parte se opuso ya que no surge de la audiencia el temor de parcialidad invocado. Se puede contrarrestar los dichos del testigo con entrevistas anteriores, y en el anticipo jurisdiccional de prueba la defensa tuvo la oportunidad de hacer las preguntas correspondientes. Solicitando se rechace la propuesta de la defensa.

La querella igualmente solicitó se rechace ya que “no se dan ni los requisitos objetivos ni subjetivos para solicitar la recusación”. Finalmente el tribunal resolvió en pleno que no existe causal alguno de temor de parcialidad y que la “mera disconformidad con la decisión del tribunal no amerita invocar el temor de parcialidad”. Por lo cual rechazó la propuesta de la defensa ya que “no fue motivada la recusación”.

Luego se escuchó la declaración de una perito bioquímica que efectuó la prueba de deflagración de pólvora en las manos de Levián, como en las de Epulef. Las cuales arrojaron resultado negativo, ambas. Luego un médico, que fue contratado por el Cuerpo Médico forense, declaró acerca de la pericia psiquiátrica que le practicara a Levián, la cual estableció que comprendía la criminalidad de sus actos, y es capaz de delinquir; no tiene ningún tipo de alteración mental que altere su psiquis.

Seguido testimonió el médico forense Oscar Licciardi quién realizó la autopsia al cuerpo de Franco Epulef la cual en sus conclusiones estableció la casa de su fallecimiento por paro cardiorrespiratorio traumático producido por un shock hipovolémico por lesión en el pulmón izquierdo”. Finalmente depuso un licenciado en Criminalística que realizó una pericia sobre dos armas secuestradas que estableció que fueron utilizadas últimamente y eran aptas para el disparo. El cotejo con las armas utilizadas en el homicidio de Eliana Epulef fue de “resultado negativo”, concluyó.

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