La mañana del miércoles se llevó a cabo en sede de los tribunales penales ordinarios la primera de las jornadas de juicio oral y público en relación a un hecho acontecido el pasado 26 de noviembre de 2005 que tiene como único imputado a Lucas Emilio Beltrame. En la fecha pudieron escucharse siete testimonios destacándose el de un testigo presencial del hecho aquella madrugada.
El tribunal de juicio fue presidido por Miguel Caviglia e integrado por Raquel Tassello y Daniela Arcuri, jueces penales; por el Ministerio Público Fiscal se hizo presente Camila Banfi, fiscal general; en tanto que la defensa del único imputado fue ejercida por Francisco Miguel Romero, abogado particular del mismo.
Luego de la presentación de las partes y de la toma de juramento de decir verdad a los testigos, las partes expusieron su teoría del caso. La fiscal sostuvo que va a probar a lo largo del debate que aquella madrugada del 26 de noviembre de 2005 la víctima concurrió junto a dos amigos al bar Bacarat II, ubicado en la intersección de las calles Maipú y Saavedra, ingresando a dicho local. Jugaron un partido del pool. Siendo las cinco treinta de la mañana la víctima se dirige a una mesa ubicada cerca de la puerta de ingreso del local, donde se ubicaba Beltrame. Mantuvo un diálogo con el imputado, y tras ello regresó a su mesa. El imputado expresó “yo te voy a dar”, sacó un arma de fuego de su cintura y efectuó varios disparos contra la persona de Chutney. Tres de los disparos impactaron en la víctima, ingresando en el abdomen y tórax. La gravedad de las lesiones le produjo la muerte el día 24 de diciembre de 2005 en el Hospital Regional donde permanecía internado desde el momento del hecho. Calificando el hecho como “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” en calidad de autor para Beltrame. Éste a su vez se retira de la ciudad la misma semana que se produce la muerte de Chutney, luego se declara su rebeldía y captura.
En contraposición el defensor se refirió a la demora del proceso recordando que su defendido estuvo varios años sobreseído en la causa. Luego el Superior revierte éste decisorio, pero “no hay testigos que ubiquen a Beltrame en el lugar del hecho” y tampoco existe autopsia. Solo un certificado de defunción que establece como causa de la muerte una “asepsia generalizada”.
En primer lugar se escuchó a tres oficiales de policía que intervinieron en diversas etapas del proceso, como policía judicial, como oficial de servicio y de la Brigada de Investigaciones. Seguidamente se escuchó la palabra del dueño del local nocturno quién recordó que aquella noche había un montón de gente, “yo estaba atendiendo en la barra, sentí unos disparos y nada más”. Luego uno de los amigos de la víctima que lo acompañaba, estaban tomando unos tragos y “entró el sujeto y empezó a disparar”, afirmó.
Finalmente se escuchó la palabra de otro testigo presencial del hecho quién detalló que aquella noche se le acerca un sujeto y le refiere que “acá en Comodoro se hacen los vivos”. Él le dice que se quede tranquilo. Luego el sujeto se pone a discutir con dos que jugaban al pool, Chutney interfiere y le dice que “si sos tan machito, por qué no dejas el revólver y nos vamos para afuera”. En ese instante “levantó el fierro y tiró como siete tiros y se fue”. El testigo también recordó que el agresor le había manifestado que era oriundo de santa Fé y que “tenía una mina laburando”.
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