Con el testimonio de once personas concluyó la tercer jornada del juicio oral y público por el suceso acontecido del pasado 27 de julio de 2014 en la zona de la loma, que tiene como imputado a Adrián “Pepo” Currulef. Entre los relatos sobresalientes de la fecha estuvieron la declaración de la médica forense que realizara la autopsia al cuerpo de García, la médica patóloga del Laboratorio de Investigación Forense (LIF)  y la bioquímica dependiente de Criminalística que efectuó la prueba del dermonitrotest a la víctima. Para mañana jueves se espera terminar con la incorporación de la prueba testimonial y documental.

El tribunal de debate fue presidido por Raquel Tassello, e integrado por Mariano Nicosia  y Hugo Juárez, jueces penales; Adrián Cabral fiscal general se hizo presente por el Ministerio Público Fiscal; en tanto que la defensa fue ejercida por Alejandro Fuentes, abogado particular del imputado. Por su parte profesionales del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito asistieron a familiares de García.

La forense Eliana Bévolo hizo referencia a la autopsia realizada al cuerpo de quién en vida fuera Marcelo García y describió cuatro orificios de arma, dos orificios de entrada por la espalda y dos de salida por el frente del cuerpo. Una de esas heridas lesiona la aorta, produce un shock hipovolémico y posteriormente su muerte, describió. Asimismo realizó el examen mental obligatorio a Currulef y concluyó que “comprende la criminalidad de sus actos, entiende su situación y estado. Tiene capacidad para delinquir y para dirigir sus acciones”.

Seguidamente declaró la médica especializada en anatomía patológica del LIF, Verónica Herrero Duclox, quien describió los estudios que determinaron las muestras que le fueran remitidas por la forense, los orificios de entrada y salida de los proyectiles. Ello en base a “las partículas y detritos que arrastra el proyectil en su trayecto” por el cuerpo. También concluyó que “la persona estaba viva al momento de recibir los disparos”.

Otro de los testimonios fue el de un amigo de García que esa noche estuvo trabajando con él en su casa. Tomaron cerveza y lo deja en la esquina de Gigante. Escucha detonaciones, se vuelve y ve a García tirado en el piso. Lo sube a su camioneta y lo traslada hacia el Hospital. También recordó que García trabajaba en Maxicom y quería ingresar a San Antonio.

En cuarto lugar depuso una oficial ayudante que practicara inspecciones oculares y requisa del vehículo de la víctima y de otro automóvil que sufriera un orificio de proyectil como consecuencia del hecho. En la camioneta de García secuestraron un revolver calibre 32 mm., debajo del asiento del acompañante, también describió manchas hemáticas en la parte izquierda de atrás.

La bioquímica Sandra Velázquez hizo referencia en la sala a la pericia de dermonitrotest que le realizara a las manos de la víctima, que arrojó un resultado positivo. Tenía rastros de pólvora en sus manos, concluyó.

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