Lectura parte resolutiva del fallo por el homicidio de Juan Cruz Acosta
Así lo resolvió el tribunal de primera instancia la mañana del viernes en sede de los tribunales del barrio Roca por el hecho acontecido el pasado 5 de mayo de 2013. La “ausencia de testigos presenciales” del hecho, la no existencia de “certeza necesaria” para determinar la autoría del hecho y el “beneficio de la duda” fueron los argumentos esgrimidos por el tribunal para adoptar su decisión.
El tribunal fue presidido por Raquel Tassello, e integrado por Hugo Juárez y Graciela Rodríguez, jueces penales; por el Ministerio Público Fiscal asistió Adrián Cabral, fiscal general; en representación de los padres de la víctima como querellante actuó Alicia Dramesino; por la defensa de Marcial actuó Cristina Sadino, defensora pública, en tanto que la de Suárez y Santana fue ejercida por Guillermo Iglesias, abogado particular de los mismos. Los familiares de la víctima fueron asistidos emocionalmente por una profesional del Servicio de Asistencia ala Víctimadel Delito, SAVD.
En la lectura de la parte dispositiva y los fundamentos sintéticos del fallo los jueces entendieron que la materialidad del hecho, es decir la muerte de Juan Cruz Acosta “no fue materia de contradictorio”. El deceso se produce como consecuencia de un disparo de arma de fuego que le provocó un paro cardio-respiratorio traumático. Esto se acreditó con el certificado de defunción y el informe de autopsia. “A partir de los testimonios de quienes depusieron en el debate, no es posible llegar a la certeza de que esa madrugada Cesar Marcial haya llegado al lugar acompañado de persona alguna”. Advirtiendo que el representante del Ministerio Público Fiscal, en su alegato final, “previo a aseverar que los tres imputados participaron en el evento, y que efectuaron disparos sostuvo que no se pudo establecer quienes dispararon”. No habiendo pruebas dirimentes para situar a Suárez y Santana el día del hecho, a esa hora. Recordando que “para otorgar certeza a una contingencia debe partirse de premisas ciertas, concretas y unívocas”. “No cuenta el tribunal con elementos de prueba suficientes como esta etapa exige, para establecer cómo ha ocurrido el hecho”. Consecuentemente resulta dificultoso determinar si el mismo pudo ser adjudicado a títulos de homicidio agravado, o en riña o agresión. Podría en principio interpretarse que existió un accionar tumultuoso con la participación de varios protagonistas. “Existieron aproximaciones que no alcanzan para sostener con certeza, como lo hacen los acusadores, que los imputados fueron sus autores o partícipes”. Disponiendo finalmente la libertad de Santana y el cese del arresto domiciliario de Suárez y Marcial, absolviendo a los tres del hecho enrostrado.
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