En la causa está imputado Horacio Gastón Barrientos. Declararon siete testigos de la Fiscalía. Mañana se realizará una nueva audiencia de debate.
En la Sala de la Cámara del Crimen de Puerto Madryn comenzó hoy el debate oral y público en la causa que investiga el homicidio del que fue víctima el cabo de policía Carlos Omar Corso el 9 de junio de 2007. En el ilícito está imputado Horacio Gastón Barrientos (27), quien será juzgado por un tribunal colegiado compuesto por los magistrados Leonardo Pitcovsky, Silvia Susana Martos y Rodolfo Blanco.
El caso está calificado como “Homicidio conexo con otro delito” en los términos del art. 80 inc. 7°, art. 166 inc. 2ª y art. 80 inc. 8° del Código Penal en consideración con el art. 54 del C.P. Dicha calificación surge a partir de las diligencias investigativas llevadas a cabo por la Fiscalía, de las que se desprende que Barrientos habría robado a mano armada una fiambrería apoderándose de la recaudación del día y al darse a la fuga y ser interceptado por el cabo Corso, lo habría asesinado con un arma de fuego para evitar ser aprehendido y asegurar el resultado del robo.
LOS TESTIGOS
La jornada que se inició a las 9.15 se extendió por más de cuatro horas, plazo en el que depusieron siete testigos clave. Los testimonios se iniciaron con las tres mujeres que fueron asaltadas durante la noche del 9 de junio en una fiambrería céntrica por el presunto asesino de Corso. Las mismas describieron minuciosamente las características fisonómicas y de la vestimenta del sujeto que las asaltó y dos de ellas no dudaron en sindicar a Barrientos como el autor del delito. Asimismo, la dueña del local relató que el asaltante se levantó un buzo de polar oscuro que vestía y le mostró la culata de un arma de fuego que llevaba calzada en la parte anterior de la cintura. En sus testimonios, dos de las víctimas relataron el sentimiento de angustia que las inundó cuando minutos después del robo y mientras la policía les tomaba sus datos, escucharon por la radio que solicitaban una ambulancia porque un policía había resultado herido. Posteriormente, declaró una pareja que mientras circulaba en su automóvil presenció la discusión entre Corso y un sujeto montado en bicicleta en la intersección de las calles Rosales y Sarmiento. Ambos testigos coincidieron en que al avanzar unos metros escucharon disparos y al mirar por el espejo retrovisor advirtieron que Corso estaba tendido en el piso al igual que la moto en la que se desplazaba y que su interlocutor se daba a la fuga. Al observar lo sucedido, el matrimonio decidió girar en U y una vez que advirtieron que un taxi se acercaba a socorrer al policía herido, decidieron seguir al asesino que se trasladaba corriendo por la calle Rosales, acto en el que pudieron observar el rostro, la ropa y la contextura física del agresor. A continuación declaró un joven que circulaba en bicicleta sobre la calle 9 de julio en dirección oeste cuando escuchó al menos siete disparos. El mismo relató que ante el suceso trató de esconderse en una bicicletería y observó pasar a su lado al asesino de Corso que se daba a la fuga por la mentada arteria hasta toparse con un camión que se encontraba estacionado. El testigo indicó que amparándose en las sombras de ese vehículo, el supuesto asesino se quitó un buzo negro que arrojó en un baldío para continuar su huida vistiendo un sweater a rayas. Finalmente, depuso la única testigo de la jornada que presenció el hecho en su totalidad, la cual relató que mientras caminaba por la vereda de la calle Sarmiento a la altura de la Escuela Politécnica, observó que un policía motorizado “discutía a los gritos” con un sujeto que estaba montado en una bicicleta. Según la joven, Corso solicitó a su interlocutor que le mostrara su documento de identidad y en ese momento el asesino extrajo un arma de fuego de la parte frontal de la cintura y le asestó al menos cuatro tiros. La testigo refirió que el policía cayó al suelo al instante junto con la moto y que el asesino se agachó, posó su mano sobre el cuello de la víctima y al comprobar que aún tenía signos vitales le disparó un nuevo tiro. Posteriormente, emprendió la huida corriendo por la calle Rosales, guardándose nuevamente el arma en la cintura, cayéndosele en la misma la gorra que llevaba puesta.
EL HECHO El fatídico hecho se inició 9 de junio de 2007 aproximadamente a las 20.15 horas, cuando el imputado Horacio Gastón Barrientos, habría ingresado al una fiambrería situada en la calle San Martín y 9 de julio de esta ciudad, vistiendo una campera de polar oscura, una gorra negra con vivos rojos y blancos con la inscripción “River Plate” haciéndose pasar por un cliente, y valiéndose de un arma de fuego que llevaba en la cintura, la cual exhibió, intimidó a la propietaria del local y a las dos empleadas que se encontraban en el mismo, llevándose consigo la recaudación del día. Una vez alertado el personal policial por las víctimas de este hecho, iniciaron la búsqueda del presunto autor y es así que a las 20.35 horas aproximadamente, en la intersección de las calles Sarmiento y Rosales, el cabo Corso con prestación de servicio en el comando radioeléctrico de Puerto Madryn, interceptó a Barrientos, quien circulaba en una bicicleta de color rojo –la cual también se encuentra secuestrada- quien luego de una discusión le disparó ocho veces, impactando en la humanidad del Carlos Omar Corzo la totalidad de cuatro disparos, provocando esto su muerte casi inmediata.