Dos intensas jornadas se llevaron adelante en el marco del juicio oral y público donde se intenta dilucidar las causas de la muerte del joven Julián Antillanca, ocurrida el 5 de septiembre de 2010, y por la cuál se encuentran acusados integrantes de la fuerza policial. En la sala de audiencias de la cámara del crimen, ubicada en el sexto piso de tribunales, se escucharon los testimonios mas importantes que sustentan la hipótesis acusadora, sobre la participación de los policías en el hecho.
La primera en deponer hoy fue una joven que señaló haber visto al joven siendo sometido por tres policías en aquella madrugada del 5 de septiembre, sobre la rotonda 5 de octubre, mientras se producías peleas y corridas en los alrededores, a la salida de los boliches. Mencionó la presencia de una policía mujer, quien se encargó de disuadirlos para que se alejaran del sitio.
Según contó, esa noche había ido a bailar con su hermana, quien le presentó a Julián Antillanca, asegurando que era él quien estaba siendo golpeado, al poder reconocerlo por su vestimenta. Indicó haber estado a unos tres o cuatro metros de donde esto ocurría, y que ella misma gritó que pararan de pegarle. Habló de lo traumático que resultó para ella vivir esta situación, enterándose posteriormente que Julián había muerto, contando a sus allegados lo ocurrido.
Rompió en llanto al momento que recibía consultas de los defensores, quienes intentaron profundizar sobre la forma en que los integrantes de la fuerza policial habrían pisoteado a la víctima y no recordó como iba vestida ella ni alguno de los del grupo de amigos, justificando que se acordaba de Julián porque son cosas que marcan.
Sobre el mediodía se comenzó a escuchar el testimonio de quien confirma haber visto el patrullero llegar a la zona de Rivadavia y Patagonia, de donde desciende un policía, que luego reconoció como Solís, quien intentó cerciorarse que no había nadie en los alrededores, para luego pedirle al chofer que lo ayudara a depositar el cuerpo en la calle. Manifestó haber llegado hasta ese lugar junto a su amiga Gabriela Bidera, luego de haber estado en el boliche “místico”, donde vieron a Julián durante algunos minutos, decidiendo irse hacia el barrio Etchepare una vez que su acompañante recibió un mensaje alertando sobre alguna situación entre la hermana y su propio pretendiente.
Dijo haber recorrido ambas un buen trecho, profiriendo gritos en forma eufórica, tomando por calle Rivadavia, donde ven venir al patrullero, pensando que tal vez las buscaban ante los ruidos ocasionados, decidiendo esconderse detrás de un árbol de grandes dimensiones. Desde allí pudieron visualizar lo atestiguado, y cuando se va el patrullero, se acercan al cuerpo constatando que se trataba de Julián, sin dar aviso a policía o ambulancia, decidiendo retirarse ambas asustadas.
Posteriormente comentó como fue contando lo sucedido, primero a su madre, ésta contactó con un trabajador de un medio de la zona, y a través de él, se contactaron con el padre de Julián y el abogado en aquel momento. También se intentó acercar a su compañera, la cuál habría prometido acceder a dialogar con César Antillanca, pero nunca llegó a hacerlo.
La defensa de los acusados, representada por los doctores Fabián Gabalachis y Gustavo Castro, enfatizó sobre los tiempos transcurridos entre cada una de las circunstancias relatadas, e intentó remarcar el tema del recorrido efectuado por la testigo. Ante esto, la fiscal general Mirta Moreno solicitó la realización de una reconstrucción de ese transitar, a la que hizo lugar el tribunal integrado por los Jueces Adrián Barrios, Darío Arguiano y Marcelo Di Biasse, por lo que inmediatamente se dispuso el traslado hacia la zona de boliches, desde donde tanto el cuerpo colegiado, como las partes involucradas, efectuaron lo que habría sido el trayecto realizado por las chicas en la madrugada del 5 de septiembre, informados por la propia testigo al respecto.
En tanto, en la jornada de ayer se pudo escuchar a los amigos de Julián, algunos que salieron junto con él, y otros que se encontraron en el boliche “ku”, quienes con mas o menos detalles, dieron cuenta que en su momento Julián fue sacado del sitio, para luego reingresar, habiendo sido visto hasta la hora de cierre, cuando salió tras dos de ellos que habían iniciado el camino en busca de un taxi, mientras el resto se fue caminando. Una de las chicas que integraba ese grupo, expresó que su hermana vió cuando la policía tenía a Julián en la rotonda, cosa que fue comentada entre su familia.
En ese momento, los defensores plantearon la necesidad de utilizar dichos de la misma testigo en el juicio anterior para marcar una contradicción que perjudicaba a sus defendidos, generándose una discusión en la que tanto la fiscal Moreno, como la querellante Verónica Heredia, se opusieron drásticamente, entendiendo que era un juicio nulo y las pruebas debían validarse en el debate actual. Tras la polémica, los magistrados deliberaron y decidieron por dos votos a uno aceptar lo propuesto por la defensa, y entre los argumentos utilizados se aseveró que el Superior Tribunal anuló la sentencia, no el juicio, cosa que rechazó en su disidencia el doctor Arguiano, quien dijo que todo debía ser probado en este debate.
Con la presencia de la testigo, el audio se buscó y se emitió durante la audiencia, aunque tanto la fiscal, la querellante, como dos de los jueces manifestaron no encontrar la contradicción mencionada, aclarando además la joven sobre el particular.
Dando continuidad al juicio oral y público, el tribunal convocó para mañana a las 8,30, restando una decena de testigos convocados por el Ministerio Público Fiscal, mientras se espera para el comienzo de la próxima semana se inicie la presentación de personas llamadas por la defensa, las cuales serían unas veinte aproximadamente.