En el sexto piso de los tribunales en Trelew, se realiza el juicio oral y público mediante el cuál se juzga la responsabilidad que le cabe al acusado Ariel Rojas, por el delito de homicidio simple agravado por el uso de arma, en perjuicio de Miguel Angel Salazar, hecho ocurrido en una zona del barrio San Martín el día 3 de febrero de 2013.
Este debate cuenta con la particularidad de haberse realizado oportunamente en diciembre de aquel año, cuando en la cuarta jornada de su transcurso se constató a través del certificado correspondiente un problema de salud serio que afectaba al imputado en uno de sus pulmones, debiendo ser internado en forma urgente. Para el caso, ya habían depuesto ante el tribunal cerca de 20 testigos, restando en aquel momento la convocatoria de solo dos, el ofrecimiento de prueba y los alegatos de las partes.
Ante tal situación, se debió recurrir al artículo 316 del Código Procesal Penal, ya que se excedió el plazo máximo fijado y el debate debe realizarse nuevamente, integrando el tribunal con otros jueces, al ser necesario preservar la imparcialidad. En aquel momento, los magistrados eran Ivana González, Adrián Barrios y Sergio Piñeda, mientras que en esta oportunidad se dispuso un cuerpo colegiado integrado por Darío Arguiano, Fabio Monti y Ana Laura Servent, representando al Ministerio Público Fiscal el fiscal Fabián Moyano, acompañado en la parte querellante por Abdón Manyauix, en tanto la defensa es ejercida por Fabián Gabalachis, que reemplaza a Gustavo Latorre.
El hecho
El día 3 de febrero del año 2013, momentos previos a las 20:20 hs. aproximadamente, en circunstancias en que Miguel Angel Salazar se presentó en compañía de su pareja en el Kiosco que gira bajo la razón social Ta Te Ti, sito en calle Crucero General Belgrano 236, (esquina Santiago del Estero ), Barrio San Martin con el objeto de comprar cigarrillos y galletitas.
Son atendidos por Ariel Rojas, quien le recrimina a Salazar una deuda que supuestamente tenía su hermano, concretamente le dijo “...Todos Uds. son lo mismo...vos y tu hermano son la misma mierda y ese gil me deba plata, y alguno de los dos va a tener que pagar...” En esas circunstancias se origina una discusión entre Miguel Salazar y Rojas, lo que motivó la intervención de su concubina, quien tomó del brazo a la víctima y lo condujo hacia la esquina. En ese momento el encartado sale del Kiosco y dirigiéndose a Salazar, le manifiesta “Puto, cornudo...te voy a matar a tu hija...”, lo que provoca la reacción de la víctima que vuelve hacia el Kiosco donde se encontraba el victimario, y cuando se encontraba a una distancia aproximada de dos metros, el encartado munido con un arma de fuego, sabiendo lo que hacía, conociendo el poder vulnerante del arma de fuego que portaba y con la clara intención de provocarle la muerte, efectúa varios disparos en dirección a la humanidad de Salazar, impactando algunos de ellos en zona craneana y pectoral, lo que le produjo lesiones a nivel encefálico y cardiaco, y su fallecimiento en forma casi inmediata.
Posiciones de las partes
El fiscal Moyano anunció que la calificación era homicidio simple agravado por uso de arma, adhiriendo en tal sentido el querellante Manyauik. El delito esta enmarcado en los artículos 79, 41 bis y 45 del Código Penal y tiene una pena que va de los 10 años y 8 meses a los 25 años de prisión.
El defensor mencionó que no se objetaba la materialidad y no había discusión sobre la utilización de un arma de fuego, pero que justificaría durante el debate el accionar de su defendido, que estaría dentro del artículo 34 inciso 6to, de legítima defensa
Necesidad de justicia
En la primera jornada, el testimonio mas importante estuvo dado por la pareja de la víctima, quien presenció todo lo ocurrido y detalló como transcurrieron los hechos al momento de acercarse al kiosco para comprar cigarrillos y galletitas. Prácticamente confirmó lo sucedido, de acuerdo a la hipótesis fiscal, ratificando que todo comenzó por una discusión donde Rojas cuestionaba ciertas deudas del hermano de la víctima. Contó como luego de los disparos, el acusado se retiró del lugar cruzando a un sector donde se encontraba un vehículo Bora negro, se puso una gorra y se fue.
“Es todo muy difícil, hace dos años pasó esto y mi hija tenía dos años y diez meses, además de estar yo embarazada de mi hijo que tiene un año ahora. La ausencia como esposo y como padre es muy fuerte, y solo puedo darle respuesta a mis hijos a través que ustedes impongan la justicia necesaria…”, dijo entre otras cosas la mujer, al finalizar su participación al deponer durante el juicio.
Se escucharon también en la primera jornada a los agentes policiales que actuaron en las distintas diligencias llevadas adelante, y algunos testigos llegados al lugar cuando ya se habían efectuado los disparos y la víctima yacía en el piso, continuándose hoy con el segundo día de convocatoria por las partes acusadora y defensora.