Trelew

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Segunda jornada de juicio oral por tentativa de homicidio

  En la segunda jornada del juicio oral y público, la deposición realizada por Laura Vargas, quien había sido pareja del acusado Mauro Andrés Aguilar y mantenía alguna relación con una de las víctimas, César Martín, era esperada para aclarar algunas de las causas que llevaron a vivir aquel episodio el 9 de diciembre de 2011.

  Sucede que Aguilar, un policía que revistaba en la seccional tercera de Trelew, llegó esa tarde cerca de las 18 a la casa de la familia Martín, en Posadas al 400, donde portando su arma reglamentaria generó un altercado y habría disparado en varias oportunidades hiriendo gravemente a los hermanos César y Marcelo, y luego descerrajarse un balazo en su brazo izquierdo, tras amenazar con suicidarse en el techo de una vivienda vecina.

  La mujer, quien además es madre de una hija de Aguilar, reconoció que se había separado del nombrado en enero de 2011, iniciando una relación mas profunda con César Martín en junio o julio del mismo año, tanto que habían comenzado  a conversar sobre un proyecto conjunto.

  Laura Vargas, según lo que expresó, estuvo haciendo una torta con las hermanas de César y cuando se disponía a retirarse para entregar a su hija en manos de su padre, se encuentra con éste llegando al lugar en forma intempestiva y con un arma en la mano. A partir de allí, se desatan los sucesos, indicando que todos intentaban no dejar accionar a Aguilar, evitando que use el arma, y fueron las mujeres quienes lograron correrlo hasta la calle, cerca del auto en el que se trasladó.

  Contó que vió caer a Martín, y como Aguilar disparaba hacia su víctima cuando se encontraba en el suelo, sin poder determinar el número de disparos, considerando que fueron muchos. "Yo le hablaba y no me respondía, solo quería buscar a Martín...", explicó, y mas adelante habló de como logró sacar el arma y optó por tirarlo arriba de un techo, donde Aguilar trepó e intentaba dispararse.

   El extenso testimonio de Vargas se prolongó cuando las partes, sobre todo la defensa ejercida por Gustavo Latorre, enfatizó en la relación que la deponente había mantenido con Aguilar, quien seguía yendo a verla e insinuaba continuar con el lazo afectivo. De acuerdo a sus dichos, ella no se oponía en el afán de mantener el vínculo paternal, aunque muchas veces daba su consentimiento a pedidos que efectuaba el imputado, en el afán que la deje tranquila.

  Al momento que Aguilar se encontraba en el techo, reconoció haber intercambiado palabras con él, a quien le decía que piense en la hija de ambos, buscando evitar lo peor.

  El Ministerio Público Fiscal, representado en la oportunidad por el fiscal general César Zaratiegui, acompañado por el funcionario de fiscalía Lucas Koltsch, convocaron a algunos de los policías que llevaron adelante las actuaciones y participaron en el momento que Aguilar amenazaba con su arma pegarse un tiro. Tanto un agente ahora desocupado, Pablo Pereira, como dos oficiales de apellidos Rodríguez y Grass, coincidieron en lo sucedido, explicando que fueron ellos quienes lograron hacer deponer la actitud, aunque no pudieron evitar que se dispare en el brazo izquierdo.

  Mencionaron que también hizo algunas llamadas telefónicas desde su celular, aún cuando con su mano derecha sostenía el arma apuntando a su mentón. En esas conversaciones alcanzaron a escuchar: "me cagué la vida..." o algo parecido, y alguno de ellos llegó a pensar que se estaba despidiendo.

  El primero de los testigos nombrados manifestó que cuando llegó y lo vió, Aguilar le gritó: "Pablo, no te acerqués que me pongo...", siempre apuntándose con el arma. Otros aspectos estuvieron dados por la cantidad de gente en los alrededores, el conocimiento sobre los heridos, los secuestros de elementos realizados, la actitud de algunas de las personas que habrían tirado piedras y el traslado del acusado al hospital.

  Sin embargo, la defensa enfatizó en averiguar la opinión acerca del comportamiento de Aguilar, consultas a las que mayormente se opuso el fiscal Zaratiegui. Los efectivos policiales remarcaron que al hoy juzgado se lo veía como fuera de sí, muy nervioso y parecía no escuchar lo que todos lo decían para calmarlo, y todos aseveraron que su pareja exasperaba los ánimos en aquel instante, aunque ninguno conocía sobre aspectos personales o familiares.

  La jornada culminó con la proyección de dos testimonios en cámara gessel, efectuados por los hijos menores de una de las hermanas de César y Marcelo Martín, quienes refirieron a lo sucedido aquella tarde de diciembre.

  Los Jueces Adrián Roberto Barrios, Ana Laura Servent y Francisco Marcelo Orlando, quienes integran el tribunal de enjuiciamiento, comunicaron que este juicio continuará el próximo lunes 29 a las 10, esperándose contar con unos cinco testigos, siendo uno solo de ellos convocado por la fiscalía, y el resto por la defensa particular.

  Así se terminaría con la etapa testimonial, dándose lugar al ofrecimiento de prueba documental y elementos colectados, para pasar  a escuchar, seguramente el martes 30, los alegatos por parte de acusadores y defensores.

La testigo clave, el defensor y el imputado  Los jueces Barrios y Servent, integrantes del tribunal  La testigo indica, el defensor reconstruye, el imputado observa  El fiscal general César Zaratiegui y el funcionario Lucas Koltsch  El fiscal escucha atentamente la respuesta del testigo  El testigo depone y explica la situación  El fiscal y los jueces verificando documentación

 

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