Mañana jueves al mediodía se conocerá la parte resolutiva del fallo
Este miércoles a mitad de mañana se efectuó la jornada de alegatos en el juicio por el doble homicidio del barrio San Cayetano acontecido el pasado 19 de octubre de 2014 que tiene como imputados a los hermanos Jonathan y Mauro Tula. El fiscal solicitó se declare responsable al primero del delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego, dos hechos, en carácter de autor”, en tanto que a Mauro de “autor de lesiones leves, en concurso real con abuso de armas”. Por su parte el defensor requirió la absolución para Mauro y para Jonathan Tula su absolución por legítima defensa en el caso de Hernández, y subsidiariamente que no se considere el agravante del uso de arma de fuego; y exceso en la legítima defensa para el de Benítez.
En su alegato el fiscal Iturrioz se refirió a que ha quedado probado a lo largo del debate la autoría y materialidad del hecho respecto a los encartados. Refiriéndose al hecho ventilado en juicio cuando el 19 de Octubre de 2.014, siendo las 05:00 hs. aproximadamente, Mauro Nicolás Tula acompañado por otra persona; se hicieron presentes en inmediaciones del domicilio sito en la calle Código 559 al 2.600, del Barrio San Cayetano, finca donde residía la familia Hernández; donde se estaba llevando a cabo una fiesta familiar. Ya situados en el lugar indicado Tula y compañía comenzaron a arrojar piedras en dirección al inmueble al tiempo que proferían todo tipo de insultos. Quienes se encontraban en el interior del domicilio egresaran en procura de indagar que era lo que pasaba y quienes eran los agresores. En esta instancia Mauro Tula extrajo de entre sus prendas un arma blanca tipo cuchillo, de grandes dimensiones, el que comenzó a blandir en forma amenazante en dirección a los integrantes de la familia Hernández. En ese momento sale de la vivienda Brian Hernández quien al acercarse a recriminar la agresión iniciada por Mauro Tula fue interceptado por éste quien le comenzó a arrojar estocadas, impactando una de ellas en la región posterior izquierda del tórax, con la cual le ocasionó lesiones que fueron calificadas posteriormente de leves.
Luego, los agresores al verse superados en número por sus víctimas, comenzaron a retirarse en dirección a la vivienda del padre de Tula sita en la calle Código 552 al 2.200, distante a dos cuadras del sitio donde se inició la refriega, siendo perseguidos a la distancia por integrantes de la familia Hernández, sumándosele posteriormente Miguel Benítez y Jonathan Hernández. Es a ese domicilio al que ingresa brevemente Mauro Tula, egresando en segundos acompañado por Jonathan Tula y Diego Paredes, portando todos ellos sendas armas de fuego con las que, luego de parapetarse detrás de un automóvil que se encontraba estacionado sobre la vereda situada en la intersección de las calles Códigos 558 y 552, empiezan a efectuar disparos hacía los Hernández. Fue en el transcurso de esta agresión armada que Jonathan Tula dispara en dirección a la persona de Orlando Hernández quien intentaba alejarse del lugar, impactando el proyectil en la zona dorsal media provocando su deceso minutos más tarde cuando era trasladado al Hospital.. Por su parte Jonathan Tula emprendió la persecución de quienes intentaban ponerse a salvo del grupo agresor, efectuando en esa instancia disparos en dirección a Miguel Benítez quien corría, uno de los cuales impactó en la región posterior del cráneo de la víctima causando su fallecimiento de manera casi instantánea.
Por todo ello solicitó la declaración de responsabilidad penal para Jonathan en base al delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego, dos hechos, en concurso real, en carácter de autor”, en tanto que a Mauro de “autor de lesiones leves, en concurso real con abuso de armas”.
En contraposición el defensor Iglesias sostuvo en su alegato que “por sobre todo valora la vida” y que hay que decir “lo que se pudo probar y lo que no se pudo probar” en el juicio. Refiriéndose al festejo de bautismo en la casa de la familia Hernández, del sentido de la misa y de haber tenido contacto directo con el Señor. “Una de las víctimas estaba drogado y alcoholizado, esto pude llevar a alteraciones en la conducta, fuera de lo habitual”. Preguntándose, si no hubiera estado drogado el hecho hubiera sucedido. “Mauro Tula no se auto-agredió”, el fiscal “se ha tenido que esforzar más de la cuenta con una prueba endeble y no ha podido probar su teoría del caso”, sostuvo el defensor. “No existe certeza para superar la duda razonable”. Solicitando la figura de “legítima defensa” para Jonathan Tula, y “la absolución” para Mauro por los delitos de lesiones leves y abuso de armas.
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