El lunes 27 a las 13:30 hs. el Tribunal conformado por los jueces José Colabelli, Hernán Dal Verme y Anabel Rodríguez, darán lectura a la sentencia que fija la pena impuesta a Felipe Huentequeo por el homicidio de Simón Sandoval. La Fiscalía y la Querella solicitaron que se fije en 14 años de prisión. La Defensa pidió al Tribunal que busque la pena justa por debajo del mínimo legal para el delito. A criterio del defensor esta se sitúa entre 4 a 8 años de prisión. El imputado permanece en arresto domiciliario con custodia permanente hasta que se conozca el fallo.
El delito de homicidio simple por el que Huentequeo fue declarado autor responsable, prevé una pena de 8 a 25 años de prisión. Para establecer el monto justo para cada caso, los tribunales toman en cuenta las situaciones particulares del hecho, incluidos los condicionantes del autor y de la víctima. Estos factores se traducen en agravantes o atenuantes que inclinan los platillos de la balanza hacia el mínimo o hacia el máximo, según su peso relativo. Los elementos a ponderar, surgen de la prueba producida y son señalados por las partes en los alegatos de cesura de juicio.
Para la Fiscalía y la Querella son casi todos agravantes
El Fiscal Marcelo Crettón y el abogado de la Querella, Marcelo Macayo, coincidieron en que se trata de un hecho grave y que el único elemento que pesa en favor del imputado, es su falta de antecedentes penales.
Crettón mencionó que la situación no generó ningún peligro sobre la integridad del autor. Llevaba un arma blanca de grandes dimensiones escondida entre su ropa y era la única persona armada de todo el grupo. También Macayo se refirió a esta situación, destacando la supremacía que le daba saberse armado, más aun, tener el arma escondida sin que ninguna de las personas que lo acompañaban estuviera al tanto. Nadie podía esperar ante cualquier acción, una respuesta como la que recibió Sandoval.
El cuchillo fue utilizado dando una única puñalada, firme, decidida, certera y consistente en dos movimientos: uno para introducirla en el cuerpo y otro ascendente, incrementando su poder letal. Crettón se refirió a que no existió previamente una trifulca de grandes dimensiones entre las partes. La situación de enfrentamiento fue breve y había concluido cuando el imputado apuñaló a la víctima. Los acusadores coincidieron en que Huentequeo fue quien inició la situación y la terminó.
Valoraron como agravante la extensión del daño causado. Sandoval tenía apenas 24 años y dejó sin padre a una niña de 3 años. Macayo habló sobre la calidad personal de la víctima, para dimensionar el injusto causado, “era intachable, con buenos sentimientos, recibió una educación en base al trabajo y al sacrificio, no tenía antecedentes, dejó una hija de tres años que va a crecer sin referente paterno.” Expusieron sobre la nimiedad de los motivos que desencadenaron el accionar de Huentequeo y la actitud que asumió este con posterioridad.
Si bien se presentó en la Comisaría, Crettón y Macayo, consideraron en su contra que se haya aseado, cambiado de ropa y que no apareciera nunca el arma homicida.
También como agravante contemplaron el grado de formación alcanzada, que tuviera trabajo y actividad deportiva.
Crettón mencionó en contra del imputado, que el hecho ocurriera de noche y en la vía pública “generando una situación de peligro para todos los presentes”. También valoraron el acusador público y el privado, que la violencia, la prepotencia, eran la forma que empleaba habitualmente el acusado para resolver situaciones, llegando en este caso a cobrarse la vida de una persona joven.
Por estos motivos propusieron al Tribunal la imposición de una pena de 14 años de prisión, accesorias legales y costas.
Al finalizar sus alegatos, los acusadores pidieron que se disponga la prisión preventiva del imputado por peligro de fuga. La mamá de la víctima pidió justicia, habló de su dolor, de la pérdida sufrida, de su necesidad de que se imponga la pena máxima al autor, e insistió con el pedido de justicia.
La Defensa
Horacio Hernández organizó su alegato respondiendo a los dichos de la madre de la víctima (lo que cuestionaron en su réplica la Fiscalía y la Querella). Mencionó que víctima e imputado no se conocían, que no medió un conflicto entre ellos. Habló de la adicción de su defendido a las drogas y el alcohol y se adentró en la secuencia a raíz de la cual Simón resultó con una herida mortal.
La alocución de la defensa buscó fundar la existencia de eximentes incompletas, insuficientes para tener por probada la emoción violenta u otra de las hipótesis que llevó al juicio de responsabilidad, pero a su criterio, existentes y de peso para justificar la imposición de una pena que esté por debajo del mínimo de la escala habilitada para el homicidio simple. Dijo que se trata de un caso particular que “no tiene una explicación lógica”.
Al comienzo de la explicación, el letrado habló de una pena de 4 años de prisión, en tanto que al cerrar el alegato pidió al Tribunal la imposición de una pena ajustada al caso, de entre 4 y 8 años.