Herminio González, Jefe del Cuerpo Médico Forense de Puerto Madryn
Los secretos del cazador que trabaja de Forense
Cómo es el trabajo de los médicos que muchas veces permiten resolver un crimen. Los secretos de un cazador que trabaja de forense y que asegura que todo investigador tiene que leer a Sherlock Holmes.
Aficionado a la caza mayor en su juventud, el doctor Herminio González, jefe del Cuerpo Médico Forense de Puerto Madryn, asegura que para agarrar a la presa o descubrir un homicidio, “hay que observar mucho y tener paciencia”. Médico Legista Universitario, Psiquiatra forense y especialista en Psiquiatría Médica, hace más de 15 años que ejerce de médico forense.
Sus comienzos. “Yo tuve dos fases de forense. Desde el año 1997 por problemas de salud del anterior forense, Carlos Eduardo Alsina, empecé a actuar como forense ad hoc. Yo ya llevaba varios años como investigador y como médico policial, pero me incliné siempre como psiquiátrico y médico legista a la investigación. En 2003 se llama a concurso e ingreso al Cuerpo Médico Forense, acompañando al doctor Leonardo Naccarato”.
Herminio González considera que para ser médico forense se debe tener formación profesional pero también experiencia. “Primero, hay que tener una prolongada experiencia, y esto se obtiene en la verdadera “residencia”, que es la actuación en las fuerzas de seguridad y en los hospitales psiquiátricos, esto último para el psiquiatra forense. Esto junto a una formación teórica y académica, porque si no se cumplen estos dos requisitos, lo que se obtiene es un empírico o un teórico desvalido de experiencia que fracasa o induce a error con sus dictámenes a los magistrados. Es decir, que filosóficamente hay que cumplir con la teoría del conocimiento, como decía Mao: De la teoría a la práctica, de la práctica a la teoría, y así sucesivamente”.
“También es importante tener estabilidad anímica, fomentar un verdadero espíritu de participación y tener siempre el norte del respeto, las garantías constitucionales y los derechos humanos. Porque para nosotros, el más retrobo de los reos conserva y refleja la condición humana y es producto de factores complejos de índole hereditaria, cultural, sociológica, política y económica. Es “el hombre y sus circunstancias” que describiera Ortega y Gasset”, afirma González.
El trabajo del forense
Un forense busca saber cómo y porqué murió una persona. “Tenemos que buscar primero la causa de muerte: El órgano vital que fue lesionado, es decir la causa de muerte. Después, los medios con los que se causó la muerte, debemos tener una información clínica importante para saber si fue natural, accidental o por las más variadas causas que un hombre puede lesionar a otro: Desde envenenamiento, o la acción de las armas blancas o improvisadas y todo lo que se llama balística de efecto”, explica.
“El especialista en balística estudia todo lo que son las características para peritar un arma y un proyectil. Pero, desde que ingresa al cuerpo humano y sale, o queda alojado dentro, se denomina “balística de efecto” y es exclusiva área del médico legista. Para eso el forense debe conocer de balística, para conocer qué acción provoca cada calibre, cada arma, la distancia, la velocidad”.
El cazador que trabaja de forense
“Probablemente –revela- como en mí juventud era un aficionado a la caza mayor, observé una multitud de lesiones de los distintos proyectiles y me sirvió como comparativo para hacerme el ojo clínico”. “Una vez uno que sabía más que yo me dijo: se nota que usted es cazador porque es observador y persistente. Porque para agarrar la presa o descubrir los vínculos causales en un delito hay que observar mucho y tener paciencia. Hay que ser frio y cerebral. Eso me lo expresó un maestro de la medicina forense que es el doctor Osvaldo Raffo, y en un exceso de cariño me dijo: “vos reunís esas características”. “Raffo es una persona interesantísima, de otra época de la medicina legal donde el forense era todo: el detective, el balístico, el que demostraba la acción de determinada arma. Era una etapa más universal, ahora hay especialistas en balística, criminalística, se fue abriendo”, rememora González.
“Todo investigador debe leer a Sherlock Holmes”
La oficina de Herminio González está llena de libros, y se lo nota apasionado por la Historia, de la cual toma varios ejemplos. “Imagínese que la medicina hace 2.700 años que viene trabajando junto a la Justicia. En Antígona (nota: obra griega de Sófocles) por primera vez aparece el testigo. Después Hipócrates, 400 años antes de Cristo, describe técnicas que aún hoy se usan y que ningún forense debe ignorarla, que es la docimasia hidrostática y sirve para saber, con un método sencillo, si un órgano ha funcionado o en qué estado de función estaba antes de la muerte”.
Herminio González también destaca a la literatura y dice que todo investigador tiene que aprender de Sherlock Holmes. “La medicina legal, desde el año 1.700 en adelante tiene una expansión que prácticamente que fue traducida hasta la literatura, por ejemplo en las obras de Conan Doyle, que es de obligatoria lectura. Todo investigador tiene que leer Sherlock Holmes completo. Sirve para aprender a pensar que las cosas pueden parecer y no ser, o pueden ser y parecer otra cosa”.
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Trabajo insalubre
El nuestro es un trabajo insalubre, riesgoso y penoso, y los forenses tenemos inconvenientes porque la legislación de Chubut es muy antigua, asegura González. “Desde 1968 la legislación nacional, que no se cumple en la provincia, considera nuestro trabajo y el de los eviseradores es riesgoso, penoso e insalubre. Nuestros colegas en el orden nacional acceden a beneficios de régimen jubilatorio especial y remuneraciones complementarias por las características de nuestro trabajo. Esto no se contempla en Chubut, ya que nosotros ingresamos con un régimen de la vieja ley 715 y nos equiparaba al fiscal de primera instancia, pero desde 2006 se nos re categorizó “para abajo”, cuestión que ha sido de reclamo desde ese momento. Ahí nos sentimos maltratados”. “Existe una falta de recursos y desconocimiento de nuestra función por parte de los juristas, somos un territorio olvidado dentro de los marcos de la justicia. Nosotros tampoco hemos sabidos “vendernos””, asegura el médico forense de Puerto Madryn.
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Casos Antillanca y Méndez, y grandes catástrofes en Puerto Madryn
He tenido muchos casos interesantes y apasionantes, inclusive en otras jurisdicciones; recuerda González, y afirma que “todos los casos son apasionantes, en el primer momento cuando hay homicidios sin autor por toda la pasión que ponen los equipos de investigadores”. “En algunos se pudo arribar, al menos desde el punto de vista médico-legal, a conclusiones incontrastables, pero no se pudo lograr la unión entre algo que ocurre y quien lo hizo. El caso de Oscar Méndez, un chico en Trelew que murió en una quinta, y el de Julián Antillanca (nota: El caso se encuentra ante el Superior Tribunal de Justicia, donde se absolvió a policías acusados por el homicidio), desde el punto de vista médico me fui con la conciencia absoluta que se demostró que fue un homicidio”.
En Puerto Madryn tuvimos casos más bien resonantes, comenta. “Estuve en las catástrofes de bomberos, el silo de Aluar y el choque del colectivo donde fallecieron integrantes de Gendarmería. Tenemos una dinámica y en eso tengo que agradecerle al jefe de los fiscales, Daniel Báez, que me dio amplias potestades al momento de organizar el procedimiento y hoy nosotros en menos de media hora podemos identificar un cadáver, preservar las pruebas, graficar sus lesiones, ya para que esté disponible para que se dicte la medida que se tenga que dictar. En ese sentido estamos tranquilos porque podemos responder a una demanda que ojalá no se produzca, pero estamos preparados”.
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“La función del forense es asesorar y participar en todos los fueros judiciales. Se nos asocia con la investigación criminal, pero tenemos funciones más amplias. Por eso la legislación tuvo la sabiduría que permanezcamos bajo la jurisdicción del Superior Tribunal, porque estamos en el fuero laboral, de familia, civil y también en el fuero penal”. “Las funciones en cuanto la actividad de la investigación científica del delito no han sido muy comprendidas en la implementación del nuevo Código Procesal Penal. Por ejemplo, no contemplaba la participación del médico en el lugar del hecho cuando es fundamental, porque por ahí no es un hecho criminal. Pero hace unos años le sugerí al Procurador Jorge Miquelarena y lo incorporó a la norma del Ministerio Público Fiscal”, explica.
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¿Cuáles son los requisitos de un Médico Forense?
Herminio Gonzalez considera que se deben tener formación profesional pero también experiencia. “Primero, tener una prolongada experiencia en la observación del hecho delictivo en el caso del médico legista. Y esto se obtiene en la verdadera “residencia”, que es la actuación en las fuerzas de seguridad y en los hospitales psiquiátricos, esto último para el psiquiatra forense. Esto junto a una formación teórica y académica en medicina legal, psiquiatría, psicología médica e incluso criminología; porque si no se cumplen estos dos requisitos, lo que se obtiene es un empírico o un teórico desvalido de experiencia que fracasa o induce a error con sus dictámenes a los magistrados u otro estamento dela Justiciaque lo requiere. Es decir, que filosóficamente hay que cumplir con la teoría del conocimiento, como decía Mao: De la teoría a la práctica, de la práctica a la teoría, y así sucesivamente”.
“También es imprescindible, como para el jurista o el estudioso, una cultura general amplia. Nosotros no podemos comunicar o vamos a tener defectos en la compresión si no hemos leído y reflexionado sobre las obras completas de Conan Doyle (Sherlock Holmes), Dickens (por los tipos y procedimientos delictivos), algunas obras de Agata Christie y ni hablar de Sheaskepare o Cervantes por la exquisita riqueza de rasgos humanos y cuestiones jurídicas; y nuestro José Ingenieros.
En lugar seguido, pero cada día más importante, el espíritu de trabajo en equipo; por la interdisciplina en el estudio de la conducta humana del delito. También es importante tener estabilidad anímica, fomentar un verdadero espíritu de participación y tener siempre el norte del respeto, las garantías constitucionales y los derechos humanos. Porque para nosotros, el más retrobo de los reos conserva y refleja la condición humana y es producto de factores complejos de índole hereditaria, cultural, sociológica, política, económica, etcétera. Es “el hombre y sus circunstancias” que describiera Ortega y Gasset.”