Por delitos calificados como vejaciones, abuso sexual y tortura, la fiscal general María Tolomei pidió la condena de los cinco policías procesados, en relación con lo ocurrido en la seccional segunda de policía el 18 de enero de 2012, donde resultó perjudicado Maximiliano Almonacid, que contaba con 16 años de edad. La doctora efectuó un extenso alegato en la sala de audiencias del sexto piso de tribunales, acompañándose durante su alocución con una proyección, donde fue detallando cada uno de los puntos expuestos para arribar a las conclusiones referidas.

   Por qué pasó esto?, cuestionó la fiscal casi en el final, para señalar que no toda la institución policial está cuestionada, pero es necesario condenar a quienes realizan prácticas no compatibles con el estado de derecho y someten a personas que tendrían que cuidar. Se preguntó: hay hipótesis alternativas?, no quería volver a su casa?, tenía ánimo de perjudicar a la policía?, para manifestar que las declaraciones hechas durante este juicio por la propia víctima echan por tierra estas conjeturas, ya que Maximiliano dijo que “no gané nada con esto, solo perdí”.

Hechos no controvertidos

  En el transcurso de su exposición referenció sobre los hechos no controvertidos durante el juicio, enfatizando sobre el antes y después de Maxi luego de los hechos, siendo anteriormente un chico jovial, amante del deporte, sin conflictos con la policía, con proyectos, y marcando el comienzo del después en aquella salida que realiza junto a su novia y amigos la noche del 17 de enero de 2012, desenvolviéndose los hechos en la madrugada del 18, luego que la policía decodificara una simple discusión de pareja como el delito de un hombre pegándole a una femenina.

  Luego fue indicando como se sucedieron los hechos, la aparición de la trafic blanca, el altercado casi frente a su propio domicilio y la llegada de los móviles policiales, como el antecedente que marca el contexto en que se produjo el traslado a la seccional segunda. Allí se produce la aparición de Bevaqua, Pato, Castillo y Ortiz, tras lo cuál Maxi es llevado a la dependencia por calle Colombia e introducido por un pasillo, encontrándose detenidos en ese lugar Bruno Rodríguez Monsalve y el menor Juan Carlos Ñanco, además de Julio Briones.

  Valoró los testimonios dados por éstos, dos de ellos en anticipo jurisdiccional de prueba, aseverando que no había ningún interés ni conocimiento cuando pudieron reconocer a policías presentes en aquel momento. Agregó que no está controvertido el reclamo efectuado por la familia de Maximiliano, concurriendo en forma inmediata a la comisaría, tratándose de un menor de edad, cosa que ocurre recién a las 8, cuando se ve a la víctima visiblemente dolorido. “Mirá como me entregás a mi hijo, yo  voy a hacer la denuncia…”, dijo la madre, a lo que el oficial Carballo contestó: “haga lo que tenga que hacer señora…”.

  Tampoco existen controversia en que nunca se efectuó una revisación médica y existió por parte de los involucrados Carballo y Zaguis un reconocimiento de la adulteración de certificado médico y actas contravencionales y no se lo condujo al hospital zonal, como sí había ocurrido con Ñanco. Todo el dolor de “pochi” se manifiesta cuando los testigos cuentan como les comunicó lo que había pasado, siendo decisión de los padres hacer la denuncia para que intervenga la justicia, no siendo controvertido el cambio de personalidad de quien resultara víctima, que entre otras cosas dejó la escuela, perdió su apego al deporte, cambió su vinculación con los otros, tal lo atestiguan quienes cotidianamente compartían con él, y quiso tener un hijo para demostrar su hombría.

Estándares de prueba

  Se refirió mas adelante a los estándares de prueba y la necesidad de analizar los elementos en su conjunto, remarcando que en un delito de abuso la víctima es el testigo por excelencia debiéndose evaluar la credibilidad del relato y en este caso los profesionales atestiguaron sobre la veracidad de los dichos de Maximiliano. También hizo hincapié en el abuso de poder, resaltando el dominio del hecho por parte de los acusados sumando a esto la necesidad de adulteración de la documentación para permitir ese abuso.

Hechos controvertidos

  En cuanto a los hechos controvertidos alegó sobre los golpes recibidos al ingresar a la comisaría, recordando que lo hacen entrar, lo golpean, le tapan los ojos, le ponen las manos hacia adelante y le introducen un elemento en el ano, pudiéndose reconocer a Muñoz y Treuquil, pero contando con la presencia de un policía mas en ese momento, quienes además lo golpean con su propio cinto, le arrojan agua y lo tiran al pasillo. Enfatizó que el relato de Maxi mantuvo una coherencia interna, descartando cualquier tipo de alteración, a lo que se suma la coherencia externa, a partir de los reconocimientos de Pato, Muñoz y Treuquil, a quienes ubica golpeándolo en el pasillo.

  También fue importante el testimonio del policía Baigorria, quien entró cerca de las 8 a la dependencia, vió que había un chico en el pasillo que se tomaba el estómago y ahí le alcanzaban una silla. Observó el testigo cuando se lo entregan a su madre, indicando que lo llevaban entre dos de los brazos, como cuando alguien no puede caminar por sus propios medios.

  Dijo la doctora Tolomei en su alegato que Muñoz y Treuquil fueron reconocidos en forma inmediata en la rueda, aludiendo Maxi en varias oportunidades al grandote, por Muñoz, que fue quien le introdujo el palo en el interior del cuarto oscuro sobre la zona de calabozos, sin tener dudas del reconocimiento y teniendo certezas de la presencia de Treuquil. Por otro lado, se acredita la coherencia externa con las lesiones halladas por la doctora Manzano, sobresaliendo un desgarro, el cuál no pudo haber sido producido sin un elemento como un bastón o palo, debiendo producirse por características violentas y de abuso.

  Se preguntó porqué Maximiliano Almonacid permaneció una hora sin que lo lleven a la cuadra como hacían con los menores y porqué se demoró entrega a su madre, contestándose que resulta inexplicable, haciendo referencia a la relatividad de las declaraciones de quienes integraron aquel turno.

Condena

   La fiscal general solicitó al tribunal, integrado por Marcelo Nieto Di Biase, Fabio Monti y Ana Laura Servent se condene a Carlos Pato, Héctor Ortiz y Sergio Castillo por el delito de vejaciones en carácter de coautores y a Carlos Treuquil y Aníbal Muñoz por abuso sexual gravemente ultrajante por dos o más personas agravado por tratarse de funcionarios públicos en concurso ideal con tortura y concurso real con vejaciones en carácter de coautores.

   Posteriormente se aprestaba a realizar su alegato el querellante Germán Kexel, en representación de la familia Almonacid, y luego se dirigía al tribunal y las partes el padre del joven, para finalmente, desde las 17 escucharse los alegatos de Lisandro Benítez, como defensor de Carlos Pato y Carlos Del Mármol junto a Gustavo Castro, representantes legales de Sergio Castillo, Carlos Treuquil, Aníbal Muñoz y Héctor Ortiz.