Una nueva jornada se llevó adelante durante la mañana de ayer en el sexto piso de los tribunales de Trelew, en el marco del juicio oral y público donde se ventila la muerte de Julián Antillanca, el joven que fue encontrado sin vida el 5 de septiembre de 2010, imputándose por el hecho a varios integrantes de la fuerza policial.

  El testimonio de los peritos médicos actuantes en diversas circunstancias se escuchó  en la sala de audiencias, siendo el mas relevante el del doctor Herminio González, médico forense de Puerto Madryn, quien se explayó por casi dos horas en una minuciosa como instructiva exposición, apoyándose en fotos emitidas desde un proyector, donde se pudo observar paso a paso la autopsia realizada, como así también el tenor de las heridas tanto internas como externas que causaron la muerte de Julián Antillanca.

  Para el forense no existen dudas: la muerte del joven fue producto de los golpes recibidos, que causaron lesiones cerebrales irreversibles, provocados por terceras personas, de diverso tenor y en diferentes partes. Describió así que las mismas se infringieron con la víctima estando en vida, y pudo tratarse de patadas, golpes de puño y otros con diversos elementos.

  También descartó la posibilidad del coma etílico, manifestando que pudo haber padecido un estado de ebriedad, pero las medidas de alcohol halladas no alcanzan a una situación de esa naturaleza. Del mismo modo, echó por tierra una posible dolencia cardíaca, si bien se visualizó una especie de soplo, lo que no influyó en su muerte. Indicó el médico que en su momento fue requerido por la fiscal general Mirta Moreno, quien le pidió colaboración, dado que observaba los valores de alcohol, lo cuál no se condecía con un motivo para el deceso de Julián.

  A partir de allí, se procedió a la exhumación del cuerpo, constatándose que aún se hallaba en un estado óptimo para poder estudiarlo y sacar conclusiones, siguiendo él y también el doctor Nacarato, todos los estudios que se fueron haciendo durante y posteriormente a la autopsia referida, para elaborar las conclusiones firmes que hoy puede transmitir.

   Antes habían depuesto durante el debate, el médico forense de la policía, doctor Saracho, quien pudo ver el cuerpo de Julián aún en el lugar, verificando su muerte, según indicó por traumatismo craneano, a partir del hematoma observado en la frente y la visualización de las heridas en el rostro. Posteriormente, el integrante del cuerpo médico forense Diego Rodríguez Jacob, detalló la autopsia efectuada el mismo 5 de septiembre en la morgue de Trelew, dando a conocer el informe presentado en aquel momento.

  Ratificó que en ningún momento se indujo que la muerte podría haberse producido por un coma etílico, y en sus conclusiones no se daban a conocer los motivos, ya que debían realizarse estudios complementarios para ractificar o rectificar algunas probables hipótesis. Manifestó que las lesiones internas encontradas se relacionaban con los golpes externos detectados, habiendo observado alguna deficiencia cardíaca que podría ser congénita, aunque sin asegurar una derivación en la muerte del joven.

  A las 13 finalizó la jornada del viernes, disponiendo el tribunal integrado por los doctores Barrios, Arguiano y Di Biasse, un cuarto intermedio hasta el próximo lunes a las 8,30, en que se seguirán escuchando los testigos convocados. La fiscal Moreno y la doctora Heredia son la parte acusadora por la fiscalía y querella respectivamente, mientras los abogados Gabalachis y Castro asumen el rol defensivo de los policías acusados Córdoba, Morales, Solís, Abraham y Sandoval.