El fiscal general Fabián Moyano expresa su parecer en una nota donde hace referencia a la vinculación y accionar en el caso donde resultó víctima Rodrigo Colihuinca, a propósito de un pronunciamiento por parte del consejo de la magistratura.
Expresa el doctor Moyano que no debe existir mayor desazón para un fiscal que cargar sobre sus espaldas con un hecho sumamente grave que continua impune. Durante estos últimos años he recibido innumerables cuestionamientos –de diversos sectores- acerca de la investigación que he venido llevando a cabo desde el primer mes de acontecido el homicidio de Rodrigo Colihuinca.
Menoscaba escuchar que algunos integrantes del Consejo de la Magistratura ligeramente considere la investigación como un “rejunte inútil de papeles” o conjeture sobre conflictos personales internos en la distribución de casos, sin observar mínimamente los innumerables esfuerzos que se han venido llevando a cabo para intentar esclarecer el hecho. Tal vez este sea el momento de sacar a la luz lo que realmente acontece día tras día “de este lado”.
Sigue manifestando luego: seguramente pocos sabrán que para llevar adelante esta investigación, a la que se suman más de cien casos de investigación compleja, el Fiscal solamente cuenta con dos funcionarios y dos empleados administrativos. Los recursos, no solo humanos, sino técnicos y científicos son cada vez más escasos. Aun así, pese a todo ello, en todo momento se ha puesto todo el esfuerzo humanamente posible para intentar esclarecer este aberrante hecho.
Las críticas se centran sobre la falta de esclarecimiento del hecho, pero nadie atiende a que todo el personal policial que llevó en su momento la labor de campo no pudo dar siquiera con un testigo que haya observado los últimos movimientos de Rodrigo, mucho menos con alguno que haya podido observar el ataque. Tampoco se toma en cuenta que el Cuerpo Médico Forense, órgano encargado de determinar la causa de la muerte no logró durante la autopsia establecer la misma, ni las armas que se pudieron haber utilizado, ni los órganos afectados, todo ello debido al deterioro sufrido en el cuerpo ya que una jauría de perros lo desmembró casi completamente.
Mas adelante indica que tampoco se dio la posibilidad de establecer si la víctima pudo haber sido abusada sexualmente. La totalidad de las manchas hemáticas levantadas del lugar y los cabellos hallados fueron cotejados oportunamente por dos laboratorios (CENPAT de Puerto Madryn y Daniel Corach, científico del CONICET) que confrontaron esos rastros con el ADN de ocho sujetos que habrían mantenido contacto telefónico con Rodrigo, arrojando todos ellos resultado negativo.
Se analizó pericialmente el teléfono celular sustraído a Rodrigo y otros hallados en la vivienda de un individuo que afirma ante testigos haberlo adquirido de buena fe en una feria de la calle Canal, arrojando también estas pericias resultado negativo. Además se analizó en laboratorio cada una de las fibras de los cabellos hallados en el lugar, y se comparó con los cabellos extraídos a los sospechados, arrojando esto también resultado negativo. Cabe resaltar que lejos de investigar este hecho aisladamente siempre permití a los familiares de la víctima y sus abogados un total acceso a la investigación, como así mismo, en más de una oportunidad acudí al auxilio del Equipo Técnico Multidisciplinario de la Procuración General, integrado por investigadores, criminalísticas, peritos informáticos, médicos, bioquímicos, psicólogos, quienes expidieron en el caso un informe final determinando que todas las medidas de investigación practicadas por este Fiscal resultaron adecuadas, no restando ninguna otra que ese equipo tenga para sugerir.
Finalmente el fiscal general Fabián Moyano asevera: he aquí la situación que ha provocado tan feroces críticas y alaridos reclamando la aparición de algún culpable a quien encarcelar. Despedazar públicamente al otro resulta muy cómodo, lo complejo está en ponerse por un momento en su lugar. Como dice el viejo refrán: antes de criticar a los demás colócate en sus zapatos, quizás te lleves la sorpresa que te quedan bien grandes.