Continúa realizándose en la sala de audiencias de la cámara del crimen, ubicada en el sexto piso de tribunales, el juicio oral y público donde se ventila el hecho ocurrido el 7 de febrero de 2015 cuando se produjo un incendio en la celda de contraventores de la seccional primera, que costó la vida a Mauro Castaño unos diez días después del siniestro, producto de las quemaduras en su cuerpo. El tribunal integrado por Ivana González, Ana Laura Servent y Marcelo Nieto Di Biasse decidió extender la jornada de hoy a partir de las 11 hasta poder culminar con toda la prueba testimonial, para luego proceder a que las partes efectúen el ofrecimiento de la documental y fijar luego la fecha de los alegatos, que podrían producirse entre jueves y viernes.

   Durante estos han desfilado testigos llamados por el Ministerio Público Fiscal, representado por la fiscal jefe Silvia Pereira, adhiriendo el querellante que representa a la familia de la víctima, Matías Cimadevilla, aunque varios de ellos forman parte como también presentados por los defensores Javier Allende y Flora Mollard, quienes ejercen en nombre de Darío Guzmán y Javier Acosta Díaz Farías, los dos acusados en este caso, a sabiendas que ya existen cuatro policías condenados en juicio abreviado.

   Entre quienes han pasado por la sala para declarar, se destaca el encargado del escuadrón de bomberos voluntarios que llegó para combatir las llamas aquel día, comisario Otero, y habló sobre como pueden haber sucedido los hechos, destacando que el siniestro alcanzó un rango mínimo de 350 grados de temperatura y un máximo de 750 a 800 grados. Consideró la existencia de un colchón en el sitio como un combustible sólido que se degrada a brasa o ceniza.

  Una situación particular se suscitó cuando previo a la presentación de un testigo, la defensora del policía Acosta, doctora Mollard, pretendió la no incorporación de un informe siquiátrico efectuado a su defendido, señalando que no podían introducirse cuestiones privadas o personales que nada tienen que ver con el hecho, aduciendo alguna violación constitucional. Sin embargo, los jueces hicieron lugar a la postura de la querella, con acompañamiento de la fiscalía, ya que el mencionado informe había sido ofrecido como prueba sin tener oposición al respecto, considerando esta instancia como extemporánea e improcedente.

  Fue así que se permitió la deposición del médico siquiatra de la policía, Ulises Loskin, que dando veracidad y dejando constancia de aquella pericia, contó que la misma se efectuó en diciembre de 2012 y habitualmente estos estudios se hacen para los ingresos, ante pedidos de superiores o en circunstancias especiales. El resultado para Acosta Farías Díaz fue que no se encontraba apto para ser incorporado a grupo comando escalafón general, presentando rasgos sicopáticos, trastorno en el control de los impulsos y dificultades para incorporar normas y valores sociales.

  Ampliando sobre el tema, el especialista indicó que esto marca dificultades para empatizar o ponerse en lugar del otro, asociándose en oportunidades a conductas violentas y agresivas. Consultado sobre si estos informes deben constar en los legajos, cosa que no ocurrió en el caso de Acosta, expresó que no le extrañaba esta situación, porque en numerosas oportunidades hacen caso omiso a los resultados siquiátricos que se emiten y muchas veces quedan fuera de los legajos respectivos. Sucede que los estudios relacionados con el acusado fueron informados luego de una solicitud del  Ministerio Público Fiscal, ya que los mismos no estaban introducidos en las fojas pertenecientes a Farías Díaz.

  Jorge Horacio Rodríguez fue el oficial que filmó con un celular el momento que abren la celda donde se encontraba Mauro Castaño. Dijo que lo hizo para ampararse de lo que pudiera suceder, ya que habitualmente son maltratados por los internos, y detalló que aquel día llegó a las 9 a la guardia, se presentó y cuando se dirigía a la cuadra aparece el efectivo Ancamil corriendo y pidiendo ayuda. Cuando acuden intenta abrir la puerta de la celda y se quema, por lo que pide se accione una manguera, logrando su apertura y es ahí cuando se le cae encima el joven Castaño.

  Observando la exhibición del video manifestó que Guzmán insultaba al contraventor, y aseveró que nadie le refirió quien había dado inicio al incendio. Dijo además, entre otras cosas que los problemas entre internos son normales y atestiguó haber tenido la posibilidad de estar presente en otro incendio en la misma dependencia policial, en el sector de mujeres.

  El comisario mayor Daniel Adrián Carrasco era el jefe de asuntos internos en la seccional primera y expresó que instruyó sumario en relación al hecho que aún se encuentra en trámite, involucrando al cabo interno Javier Acosta Farías Díaz, para quien sugirió su pase a disponibilidad preventiva después del fallecimiento del joven Castaño, considerándose la existencia de una falta gravísima.

  Enfatizó en el hallazgo de un encendedor en el lugar siniestrado, elemento que no figura como permitido, aún admitiendo que pueden existir entre los detenidos judiciales. Acosta estaba como cabo interno y se evidenció una falta de control ya que en el sitio se encontró papel de diario, botellas de plástico quemadas, lo que no debió estar justamente para evitar estas situaciones, y la verificación sobre el estado del contraventor debió haberse realizado cada quince minutos

  En definitiva, calificó lo vivido como un hecho grave, sin que se cumplieran los controles ni los protocoles para actuar ante situaciones similares, lo que fue comunicado a la jefatura de policía. Dentro de lo actuado desde su cargo, se planteó cambiar a quien hoy esta acusado en su situación de revista y verificaron para observar su designación en la tarea que llevaba adelante aquel momento, para lo que solicitaron los informes pertinentes a relaciones humanas, incorporándose a la causa, sin conocer los alcances de los mismos, aunque alcanzó a decir que supo sobre algunos antecedentes.

  Juan Darío Javier Acosta Farias Díaz está acusado por abandono de persona agravado por el resultado de muerte en concurso real con violación de los deberes de funcionario público y Darío Guzmán comparece debido al delito de incendio estragoso seguido de muerte, con una pretensión punitiva de 15 años de prisión mas la declaración de reincidencia.