Poco después de las 13,30 comenzaron a escucharse los alegatos de las partes continuando con el desarrollo del primer juicio por jurados que se realiza en el local de la asociación española en Gaiman desde el martes pasado. Por el Ministerio Público Fiscal llevan adelante la acusación la fiscal general Griselda Encina y el fiscal Lucas Koltsch.
Justamente este último mencionado tuvo a su cargo el alegato donde resaltó ante el jurado el coraje y valentía de sus integrantes por encontrarse en este recinto y especificó que durante el evento pudieron evaluar las pruebas testimoniales y periciales por lo que finalmente nos encontramos con una única verdad, la que no se puede disimular ni esconder y que tiene que ver con el hecho del 17 de febrero de 2022 cerca de las 21,50, cuando Alejandro Romero Curiqueo portando un arma ilegal y realizando una conducta ilegal disparó a Juan Martín Montesino sin motivo.
Destacó que se pudo escuchar al agresor decir o justificar aquella situación, al señalar que tuvieron una charla pero resaltó que justamente Montesino hoy no está acá y no puede decirnos lo que pasó. Según el fiscal se evidenció que esa conducta es un homicidio que se agrava por la utilización de un arma de fuego que hasta hoy no apareció y esto generó mayor poder vulnerante para el ejecutor y menos poder de defensa. Luego el doctor Koltsch efectuó un minucioso detalle de los testimonios escuchados, destacando los hechos contados por la novia, lo que hicieron aquel día, la forma en que se encontraron con el imputado, el saludo de ambos y que tras todo esto la víctima no podía presagiar lo que sucedería minutos después, cuando faltando solo unos quince metros para llevar al domicilio de su padre, en la esquina de Abaham Matheus y cacique Nahuelpán fue cruzado por Romero Curiqueo.
Enfatizó en las palabras escuchadas por la novia: “amor ayúdame” y del mismo modo resaltó lo último que pudo escuchar el padre de su hijo: “papá, me ahogo”, pero una bala pudo más que la ayuda y el esfuerzo de muchos médicos y murió a las cinco de la mañana del 18 de febrero. Indicó que el médico forense dio a conocer los daños mortales causados por uno de los principales disparos que ingresó por el tórax y perforó órganos vitales: “quería vivir pero una bala acabó con su vida”, dijo el fiscal.
Mas adelante expuso sobre lo expresado por el perito testigo Martín Costa, ratificando que las balas habían sido percutadas por el mismo arma nueve milímetros, a la vez que explicó que en ningún momento forcejearon, estuvieron parados y de frente, pero el acusado con un arma en su mano y la víctima totalmente indefensa, con el agregado que no sabía que estaba armado. Se refirió a la estrategia de la defensa, al decir que quisieron presentar durante el juicio a quien resultó víctima como una persona mala y se preguntó si en todo caso es válido que por contar con antecedentes alguien le tenga que quitar la vida, para finalmente descartar la posibilidad de una legítima defensa ya que no existió una agresión, una provocación ni una racionalidad en el medio empleado. Aseveró que este tipo de actitudes no se encuentra amparado por la ley, el acusado quiso realmente matar y mató, por lo que solicitó a los miembros del jurado se declare la culpabilidad del acusado por homicidio agravado.
Posteriormente, la defensa que es ejercida por los doctores Fabián Gabalachis y Gladys Olavarría expuso los argumentos que llevan a considerar la posibilidad de una legítima defensa del acusado, para lo que refirieron a los antecedentes de la víctima y el estado de conflictividad presuntamente existente entre la familia de la novia de Romero Curiqueo y el propio Montesino, lo que habría llevado al acusado a querer terminar con esta situación por sentir amenazada la integridad no solo personal, sino la de su pareja y la de su hija. Según Gabalachis, su cliente se sentía amenazado y aquella noche discutieron, por lo que Romero Curiqueo encontró la forma de defenderse actuando en legítima defensa.
Instrucciones y deliberación del jurado
Luego de escucharse la voz del padre de Juan Martín Montesino, quien pidió justicia sin venganza, se dio por cerrado el debate y el Juez dio a conocer las instrucciones al jurado para iniciar las deliberaciones, tras lo que deberán dar el verecicto teniendo en cuenta las pruebas vistas y escuchadas durante el juicio. A tal fin, y teniendo en cuenta todos los requisitos dados por el magistrado, los integrantes del jurado se encuentran en este momento en la sala de deliberaciones y deberán pronunciarse en no menos de dos horas, sin límite de extensión sobre tres posibilidades: culpabilidad del acusado de homicidio agravado por uso de arma de fuego, la no culpabilidad del acusado y homicidio agravado con exceso en legítima defensa.
Una vez culminado el tratamiento, los integrantes del jurado que deberán designar un o una presidenta del cuerpo, llenarán un formulario donde constará el veredicto y será la persona elegida en ese cargo quien deberá leerlo públicamente. Cuando la decisión esté determinada, lo darán a conocer golpeando la puerta de la sala donde se encuentran, para que posteriormente el Juez pueda convocar a las partes a fin de proceder a la lectura del veredicto, que no implica la imposición de una pena, tarea que le cabe al magistrado que lleva adelante el juicio.