En la sala de audiencias de la cámara del crimen, ubicada en el sexto piso de los tribunales en Trelew, continúa el juicio oral y público donde se intenta dilucidar lo ocurrido el 7 de febrero de 2015 en la celda de contraventores de la seccional primera, que costó la vida del joven Mauro Castaño, quien falleció diez días después producto de las graves quemaduras en su cuerpo.
Si bien hubo un acuerdo de las partes para desistir de algunas personas para que depongan durante el evento, se estima que recién la semana próxima podrían llevarse adelante los alegatos respectivos y más allá de la voluntad para extender las jornadas durante la tarde, existen problemas de agenda o superposición de tareas. Por ejemplo, hoy la doctora Servent debió fijar una audiencia de control para las 13, con el fin de posibilitar el desarrollo de este debate al menos hasta ese momento, además de compromisos particulares esgrimidos por otros participantes.
Durante la jornada de hoy declaró el oficial principal de la policía federal, Leonardo Crugley, un arquitecto perito de incendios en la división de siniestros que pertenece a la superintendencia de bomberos en esa fuerza. Bajo las mismas condiciones que sus colegas exponentes en el día de ayer, el testigo no pudo referirse en forma concreta a la causa ni a su trabajo incluído en el informe anulado, pero así y todo aludió a lo que significa el “efecto horno”, indicando que mayormente se da en procesos de combustión ocurridos en lugares confinados, con una elevación de temperatura que se traslada a todo el ambiente con un alcance que podría rondar hasta los 800 grados, lo cuál depende de los materiales alcanzados y el tiempo, aclarando en este aspecto que una combustión en un recinto aproximado de tres metros cuadrados puede llevar de tres a diez minutos para convertirse en un incendio generalizado.
También habló, ante preguntas de los acusadores, sobre la búsqueda del origen de un incendio de estas características, al señalar que todos los materiales alcanzados o no por el fuego van dando indicios lo que permite determinar un sector de origen derivando esto en la localización de un punto en particular. Consultado sobre la resistencia de un encendedor en un lugar bajo los efectos del fuego expresó que finalmente estallaría, relacionando la requisitoria a que en los informes de inspección figura como elemento secuestrado un elemento similar hallado dentro de la celda de contraventores. De igual manera, el experto aseveró que hay materiales que sin ser abrazados por las llamas pueden prenderse, debido a la alta temperatura.
Otro de los testimonios escuchados en esta jornada fue el brindado por un agente de policía que en aquel momento estaba de celador y entregó el turno a las 5,45. Mayormente dio detalles de las tareas que le competen a un agente dentro de esa labor, refiriendo que de existir una pelea nunca podría valerse por sí mismo para tratar de interceder, sino que debe esperar una autorización y nunca entrar solo a la celda. Reconoció que no usaba arma reglamentaria esa mañana debido a que recién había reingresado luego de un retiro y la misma se entrega en el término de tres meses, pero dio indicios que cuando existen problemas sicológicos pueden llegar a retirar el arma al afectado. Respondió que Acosta Farías Díaz no la llevaba tampoco en ese tiempo, aunque desconoció los motivos. Por otro lado manifestó que se cuida que los detenidos no tengan elementos punzantes o cortantes, entre otros, mencionando que es imposible que puedan tener un encendedor durante su estadía en la celda, ya que no se permite y son requisados a tal efecto.
El juicio continúa con la participación de la fiscal general jefe Silvia Pereira por el Ministerio Público Fiscal, el querellante en representación de los padres de la víctima, Matías Cimadevilla, el defensor público Javier Allende ejerciendo los derechos del acusado Daría Guzmán y la doctora Flora Mollard junto a Zulma Manyauik, en nombre del policía Javier Acosta Farías Díaz. El tribunal está constituído por la Jueza Ivana González como presidenta y los doctores Ana Laura Servent y Marcelo Nieto Di Biasse haciendo las veces de vocales.
Juan Darío Javier Acosta Farias Díaz está acusado por abandono de persona agravado por el resultado de muerte en concurso real con violación de los deberes de funcionario público y Darío Guzmán comparece debido al delito de incendio estragoso seguido de muerte, con una pretensión punitiva de 15 años de prisión mas la declaración de reincidencia.