En la nueva jornada del juicio oral y público donde se ventila lo ocurrido en la seccional primera de policía de Trelew el 7 de febrero de 2015, que derivó días después en la muerte de Mauro Castaño, se pudo escuchar el testimonio de dos peritos integrantes de la policía federal, en un marco particular, ya que ante la anulación por parte del Juez Piñeda del informe principal relacionado con el incendio ocurrido en la celda de contraventores, solo se pudieron efectuar preguntas genéricas relacionadas con la profesión de los deponentes, quienes estuvieron impedidos de referirse al peritaje que habían efectuado en su momento y al caso que se está tratando en este debate. Estas condiciones fueron dispuestas por el tribunal integrado por los doctores Ivana González, Ana Laura Servent y Marcelo Nieto Di Biasse, quienes se esfuerzan en aclarar que no fueron ellos los que nulificaron las pericias y les fue imposible revocar esa decisión.
Conducta inapropiada
Así las cosas, Luis María Díaz, un oficial principal de la fuerza federal y Julio Acuña, un médico legista del mismo organismo, expusieron ante preguntas efectuadas por la parte acusadora, ya sea a través de la fiscal general jefe Silvia Pereira y el querellante representante de los padres de Mauro, Matías Cimadevilla. De todas formas, las insistentes interrupciones del defensor Javier Allende, objetando las preguntas de la otra parte, generaron un momento tenso, y una vez más la presidente del tribunal, Ivana González debió llamarle la atención. En efecto, el representante legal del principal acusado, Darío Guzmán, se oponía permanentemente a los requerimientos fiscales, entendiendo que se violaba lo estipulado por el tribunal y relacionando cada pregunta con la acusación elevada oportunamente, exagerando de tal modo esta situación que en un momento la magistrada le indicó que estaba ejerciendo la oposición solo por oponerse y ya no lo iba a permitir, remarcando su conducta como inapropiada hacia las partes, molestando, cortando y estorbando. Cuando al defensor se le ocurrió expresar que pedía reserva recursiva ante esta circunstancia, la doctora González pidió que se dejara constancia de todo lo que ella misma dijo y manifestó que también pedía reserva ante la actuación del defensor.
Testimonios
En lo que hace a los testimonios, el oficial principal Díaz, un ingeniero en gestión de siniestros y seguridad ambiental pudo explayarse sobre lo que es una combustión y los elementos que se necesitan para que se produzca, remarcando la existencia de tres tipos de fuego, que son provocados por combustible sólido, líquido o elementos eléctricos. Allí se le preguntó que tipo de combustible podría ser un colchón, desatándose la incidencia mencionada, pudiendo ampliar sobre el particular ejemplificando sobre diversos combustibles del fuego. En tanto el médico Acuña, habló acerca de las quemaduras y problemas respiratorios, que se dan a partir del humo y la degradación por combustión.
El pedido de justicia
El primer testimonio de la jornada lo había producido la madre de Mauro Castaño, quien se quebró en varias oportunidades. Contó como se enteró de lo sucedido con su hijo, a través de un llamado telefónico realizado por un agente policial que le pedía concurrir al hospital, ya que Mauro estaba quemado, luego de haber sido demorado. Luego de llamar al padre, juntos fueron al nosocomio, encontrando a la víctima ya en terapia y el diagnóstico de los médicos que le dijeron: “Mauro está muy delicado con un setenta y cinco por ciento del cuerpo quemado y sin posibilidades de vida…”
En un relato conmovedor dijo que era impresionante verlo en ese estado, con mangueras y aparatos por todos lados, resistiendo tantos días porque era fuerte, sano. Luego dijo que el mismo policía que le dio aviso la llamó para preguntar por su hijo y le hizo saber que su hijo no había hecho nada, solo fue demorado por tres horas, contándole como vió a alguien tirar un papel encendido por la rejilla, tras lo cuál salió a buscar ayuda. Siempre siguiendo lo que le expresó el policía, fue tremendo el humo que salía y cuando pudieron abrir la celda lo encontró a Mauro, tras ir palpando las paredes, en un rincón y con sus manos tapándose la cara. Fue el mismo agente quien le aseveró que cuando iban en la ambulancia, Castaño le pasó el número de teléfono y le pidió: “llamá a mi mamá…”.
Una vez terminadas las preguntas, la señora le pidió a los jueces que se haga justicia: “el que mató a mi hijo que lo pague, porque lo mataron en una comisaría, donde debían cuidarlo y donde tienen que cuidarnos a todos, pero a Mauro lo dejaron tirado como un perro, ¿dónde estaban todos? Nadie escuchó nada? Como puede ser que mi hijo estuviera desesperado por querer salir y nadie lo ayudó? Mi hijo es papá de un nene de tres años, tengo fotos, recuerdos me quedaron nada más”, dijo una madre totalmente conmovida. Siguió expresando que ya no le encuentra sentido a su vida y denunció que han pasado cosas desde aquel momento, al detallar que a su hija la siguieron, le arrimaron un auto blanco, con vidrios polarizados y le gritaban: “andate a La Plata que te va a pasar lo mismo que a Mauro”, preguntándose por que pasa esto, y remarcando que no pueden salir a la calle, y su hija, cada vez que viene de estudiar tiene que salir siendo cuidada para que no le pase nada. La testigo, que también es querellante junto al padre de Mauro, estuvo permanentemente asistida por una integrante del servicio de asistencia a la víctima del delito (savd).
Continuidad
El juicio oral y público continuará mañana desde las 9 en la sala de audiencias ubicada en el sexto piso de tribunales, estimándose que mañana y el viernes las jornadas podrían extenderse hasta las primeras horas de la tarde, ya que restan unos veinte testigos por parte de la fiscalía y querella. La defensora Flora Mollard que está acompañada por Zulma Manyauik en representación de Javier Acosta Farías Díaz, dijo que son tres los testigos convocados, mientras que Allende tiene una mayoría de llamados a deponer que son comunes a la fiscalía, es decir que la semana próxima podrían estar escuchándose los alegatos.
Los juzgados son Juan Darío Javier Acosta Farias Díaz, acusado por abandono de persona agravado por el resultado de muerte en concurso real con violación de los deberes de funcionario público, artículos 106, inciso 1ro. y último párrafo, 248, 249 y 55 del código penal, con una pretensión punitiva de 8 años de prisión, y Darío Guzmán, a quien se responsabiliza por incendio estragoso seguido de muerte, artículo 185 inciso 5 del código penal, con una pretensión punitiva de 15 años de prisión mas la declaración de reincidencia.