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SILVIA BEROS Y JORGE ESPINA AMPLIARON DECLARACION EN LA MEGACAUSA

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Mañana será el turno de John Williams

Luego de la declaración del último testigo de partes, finalizada el viernes por la noche, llegó el momento de escuchar a los imputados que tienen intenciones de expresarse en el Juicio Oral y Público, conocido como megacausa, que tiene lugar en el Teatro Verdi de Trelew, y que cuenta con el Tribunal integrado por el Dr. Roberto Portela como presidente y los Dres. Ana Servent y Darío Arguiano. En esta oportunidad se pudo escuchar la ampliación de sus declaraciones de los imputados, contadora Silvia Beros y Jorge Espina, ambos ex funcionarios del Banco del Chubut S. A.. Beros, quien ocupó distintos cargos en la casa matriz, como adscripta a la gerencia general y gerente de riesgo crediticio, se expresó en esta audiencia indicando que no contestaría preguntas de los acusadores, entendiendo que no quería prestarse al juego de la confusión y el desacierto al cuál se indujo desde la etapa de instrucción de esta causa.   La imputada había declarado ya el 4 de noviembre de 2008 y dejó entrever que no sería la última vez en expresarse durante esta audiencia. Refiriéndose concretamente a la causa, trató de explicar las formas de acceso a la información sobre la situación de los clientes comerciales, enfatizando en lo respectivo a los principales deudores, concluyendo que siempre fue elevada la notificación relacionada con las diversas operaciones efectuadas.   Su declaración se respaldó principalmente en contraponer sus dichos con los testimonios escuchados en diferentes jornadas, destacando según su parecer, lo erróneo de muchos conceptos esgrimidos sobre diferentes aspectos, las mentiras que hoy debe revertir y las faltas de pruebas para poder defenderse.   En este marco, desmintió lo expresado por los síndicos integrantes de la comisión fiscalizadora diciendo que no había cosas ocultas para nadie y no lo podía haber en un sistema de información interna circulando permanentemente, y puso de ejemplo la investigación nro. 43 de la empresa Tecneco, afirmando que no es cierto el desconocimiento de los mencionados ya que el comité de auditoría lo elevó a tratamiento en septiembre de 2000 y fue tratado en directorio en noviembre del mismo año. Los integrantes de la comisión fiscalizadora habían expuesto la falta de información en tiempo y forma y Beros dijo que no cabe duda que los síndicos mintieron porque las deudas nominadas eran informadas.   También contradijo las exposiciones de los inspectores del Banco Central Pignataro y Lombardi en lo referido a la preferencia en las tasas de interés para determinados clientes, manifestando que con el “famoso informe” de febrero de 2002 han tratado de confundir al juzgado. Respecto a la comisión de auditoría presidida por Eduardo Samamé, se preguntó cuál era su responsabilidad como empleada bancaria para con la falta de conocimiento de los integrantes de este organismo.   En otro lapso de su alocución dijo que no entendía las mentiras vertidas por el testigo Mutio y también por Madagán, empleados del Banco, quienes aludieron a una reunión donde se les reprochó el rechazo de cheques y el cierre de la cuenta corriente de la empresa Tecneco. Dijo que esa reunión no existió en los tiempos argumentados por aquellos, y si hubo una reunión fue en marzo de 1999, pero no para tratar ese tema que nunca se habló, además de expresar que nunca realizó una auditoría en esa empresa, sino que efectuó una análisis sobre distintos aspectos solicitado por la superioridad. Al efecto, presentó documentación y justificó su ausencia de la zona en uso de vacaciones en los tiempos aludidos, y afirmó estar dispuesta a someterse a un careo con Mutio. Por otra parte, justificó el no cierre de la cuenta de Tecneco, dando a entender que quien no informó convenientemente a la gerencia de contabilidad sobre los rechazos fue el gerente general Mutio, quien “muy sueltito de cuerpo”, espetó, me involucró en este tema diciendo que había citado a reunión para tratarlo.   Mas adelante manifestó lo tedioso del trabajo realizado para desarticular una sola mentira, no teniendo ningún tipo de responsabilidad, pero en esta causa hay muchas mas. Remarcó el esfuerzo síquico e intelectual que deben realizar para defenderse, y han desaparecido pruebas de legajos y documentos que estaban completos, disorsionándose hechos y documentación, explicó Silvia Beros.

LA AMPLIACION DE ESPINA

Cerca de las 13,30 pidió la palabra otro de los imputados en este Juicio Oral y Público, Jorge Espina quien aclaró a través de su defensor, Dr. Sergio Rey que no respondería preguntas de las partes, pero solo con el objetivo de no desconcentrar su exposición. Así, el ex gerente de la sucursal Rawson del Banco del Chubut, fue guiado en sus dichos a través de un interrogatorio efectuado por su abogado.   Espina basó su declaración en aclarar su situación dentro del Banco, fundamentando las razones de su actuación al frente de la sucursal, expresando que los principales deudores no contaban con el seguimiento particular de su dependencia, sino que correspondían a casa matriz. En ese sentido, destacó que a Rawson les correspondía Aridos Fontana y Geosur, siendo la principal responsable de estas cuentas la contadora Silvia Beros. Explicó que las gerencias con este tipo de deudores asumen un carácter meramente operativo, bajo instrucciones de sus responsables directos, y en este caso la cara visible fue Beros.   Presentó documentación probatoria de las cadenas de autorizaciones que debieron respetar, y dio a conocer una serie de informes confidenciales que se hacían cada 15 o 30 días con aportes del sistema, ejemplificando con Aridos Fontana en el período 99 hasta marzo de 2000.   Remarcó que en reiteradas oportunidades Beros le referenció que mantenía al tanto del endeudamiento al licenciado Roberto Jones, dando a conocer que en diciembre de 1999 concurrió a la oficina de la contadora, al costado del Banco, donde le consultó sobre un posible desembolso de dos millones para la cuenta de Aridos Fontana, indicando la consultada que Jones estaba enterado de todo.   Respaldó a quienes fueron sus empleados en la sucursal, Lidia Tamame, Rubén Marincovich y César Lagos, quienes recibían también directivas de Beros. Cuando entra Williams en marzo de 2000 como gerente general se comienzan a pedir autorizaciones por escrito para giros en descubierto, aclarando que antes de eso las mismas eran verbales por teléfono o en forma personal.   Luego se refirió a las resoluciones del Directorio, indicando que un acta de allí surgido era para el empleado bancario una Ley y no se podía modificar. Respecto a las asistencias dadas a Aridos Fontana, estas fueron contabilizadas en la casa matriz, mientras que para los intereses había un recálculo acordado entre Beros y la empresa, y en aquel período eran de un 24 por ciento, aunque esto fue aprobado por Directorio.   Se le preguntó porque había procedido a intimar al cliente recién en el año 2000, cuando el descubierto existía de antes, a lo que manifestó que era imposible tomar esa medida cuando la responsable de la cuenta ordenaba el pago de cheques, lo cuál hubiera sido una contradicción. Recordó que por el acuerdo con 160 lotes, existía un plazo de 90 días para adjudicarlos por parte de la empresa, sino debía recomprar los mismos, y al no cumplirse se la intimó, pero Barcia, a cargo de la presidencia decidió ampliar los plazos.   Sobre el tema de la firma de escrituras, Espina dijo haber tomado los recaudos para protegerse, contando con la resolución del directorio y el dictámen del asesor legal, Mesa Evans. Aquí relató que lo habían puesto en conocimiento de la firma por 160 lotes a un valor de mas de un millón de pesos, cuando el 27 de abril llega el escribano con dos escrituras: “fue una sorpresa para mí, no sabía de la escritura por valor de ocho millones”, afirmó Espina, agregando que el mismo escribano se sorprendió de su desconocimiento. Lo cierto es que el profesional llegó con otro el dictámen de Mesa Evans en torno al convenio firmado por Barcia y Arrechea, del 14 de abril. Dijo que se sintió muy disgustado por esto, mas al enterarse en el momento de una firma y a través de terceros, rememorando que el 28 de abril había concurrido a una conferencia al hotel provincial y lo llaman a la sucursal donde se encuentra con las escrituras para firmar.   El ex funcionario recalcó que en la sucursal Rawson fuimos transparentes, y respondiendo por sus dependientes aseveró que nunca hubo una instrucción de ocultamiento, remarcando que no podían rechazar las autorizaciones y resoluciones porque había ya experiencias de quienes perdieron su trabajo por ese motivo.   A pesar de la resolución personal expresada al inicio por el Dr. Rey, el  abogado de Silvia Beros, Dr. Romero, quiso efectuarle algunas preguntas a lo que el declarante se negó, respondiendo solo algunas consultas del Tribunal. Fue entonces cuando Romero comunicó que su defendida Beros deseaba realizar un careo con Espina, a lo que éste se opuso en forma terminante.   La Audiencia Oral y Pública continuará mañana a partir de las 9 hs. en el Teatro Verdi, habiendo solicitado ampliar su declaración el ex gerente general e imputado John Williams, previéndose la posibilidad que algún otro imputado pueda tener similar actitud.

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