El Ministerio Público Fiscal, a través del fiscal general Omar Rodríguez y el funcionario Lucas Koltsch, impulsó la elevación a juicio de una causa en la que se investiga el presunto homicidio de Nilda Avila, a manos de su concubino, Jesús Marciano Flores, en un hecho ocurrido el 8 de septiembre de 2013.
Aquel día, según la acusación fiscal elevada el 27 de noviembre del año pasado, el imputado tuvo una discusión con su mujer en la vivienda que habitaban en el barrio Inta de Trelew, subiendo el tono de la discusión, hasta tomar Flores un arma de fuego calibre 38, disparando en dos oportunidades, pudiéndose certificar un orificio de entrada y otro de salida del proyectil que dió en la humanidad de la víctima. El otro disparo fue a dar en una mesa, de acuerdo a lo que concluyeron las pericias respectivas.
El caso fue calificado por la fiscalía como homicidio doblemente agravado, enmarcado en el artículo 80 inciso 1ro y artículo 11, ambos del Código Penal, con una pretensión punitiva que alcanza la prisión perpetua, solicitándose además la mantención de la medida de coerción hasta el momento del juicio, teniendo en cuenta la subsistencia de los riesgos procesales, basados en la probabilidad de autoría, el peligro de fuga y entorpecimiento.
Por otra parte, se vincula el delito a la vigencia de la Ley de violencia de género, que lleva el número 26485 en su artículo 4to., argumentándose sobre las acciones que habría desarrollado en tal sentido el imputado con agresiones, amenazas y tormentos. En tal sentido, se encontraban presentes en la sala de audiencias integrantes de la cátedra sobre violencia de género de la Universidad Nacional de la Patagonia, y en algún momento de la audiencia se hizo lugar para escuchar a una familiar de la víctima, quien expresó que Nilda siempre andaba con moretones, detallando acerca de amenazas y golpes que padecía, pidiendo cárcel y justicia para Flores.
El defensor, Lisandro Benítez se opuso al relato fiscal, esgrimiendo el argumento de legítima defensa, justificando que su cliente no tenía motivos para terminar con la vida de su concubina, hablando de sueños y proyectos, sumando el ofrecimiento como prueba de oficios relacionados con un tratamiento para tener un hijo en el futuro. Solicitó la libertad de su defendido y subsidiariamente el arresto domiciliario, entendiendo poder neutralizar con ésto los probables riesgos procesales.
El Juez, José García decidió elevar la causa a juicio oral, admitiendo la acusación, sobre la que no hubo oposición y el ofrecimiento de pruebas testimoniales y documentales de ambas partes, debiendo designar la oficina judicial un tribunal colegiado. Sostuvo el magistrado que existen elementos de convicción suficiente para que el caso se eleve a debate, habiendo una probabilidad suficiente y calificando al hecho como sumamente grave, a la vez que remarcó acerca de una probable pena, la cuál no será en suspenso, agregando el daño causado, para resolver la continuidad de la prisión preventiva de Jesús Marciano Flores, hasta el momento del juicio.