El defensor Fabián Gabalachis fue concreto en su pregunta final a la testigo: "El que vió usted que tenía la policía era Julián Antillanca o puede ser alguien que vestía parecido?". La respuesta de la jóven fue terminante: "era él, Julián", tal lo que se escuchó en el salón de la ex escuela de Bellas Artes, donde se realiza el Juicio Oral y Público que intenta dilucidar la muerte del muchacho, hecho donde están acusados policías que prestaban servicio en la comisaría cuarta de Trelew.
Antes de esta aseveración, quien fue convocada a deponer debió contestar un largo cuestionario, contándose en algún momento con una descripción fotográfica, donde atestiguó los movimientos realizados, precisando donde vió a Julián cuando era tenido en el piso por los agentes, en la zona de rotondas cercana a los boliches. Describió que había vuelto al local bailable para buscar un amigo, y cuando se retiraban pudo ver cerca de cuatro policías, dos de ellos manteniendo en el piso a un pibe a quien pisoteaban y golpeaban con la cachiporra en las piernas, mientras una policía intentaba identificar a otra persona, encontrándose además un patrullero estacionado.
La jóven no dudó en reconocer a Julián, ya que lo había conocido durante la misma noche en el boliche cuando se lo presentó una amiga. Expresó darse cuenta de quien se trataba principalmente por la ropa, y cuando quisieron acercarse la propia policía los hizo alejar del lugar. La defensa enfatizó en remarcar los horarios manifestados por los testigos, como así también la vestimenta usada por los funcionarios policiales, tratando de precisar quienes acompañaban a los diferentes expositores que pasaron por este ámbito.
El patrullero y el cuerpo
Posteriormente fue el turno de la testigo que reafirmó en este debate haber visto al patrullero ingresar a la calle Patagonia, viniendo desde Rivadavia, observando como se bajaba uno de ellos y luego de efectuar un rodeo llamar al conductor, sacando desde el asiento trasero del vehículo un cuerpo que depositaron en la calle. Cuando el móvil se va, ella y su amiga, a quien identificó como Gabriela Bidera, una de las acusadas, se acercaron donde estaba el cuerpo, dándose cuenta que se trataba de Julián Antillanca.
De acuerdo a su relato, las dos chicas iban caminando cantando y gritando, cuando vieron venir un patrullero lo que las llevó a pensar que vecinos se habían quejado y resolvieron esconderse detrás de un árbol ubicado en Patagonia y Rivadavia. Según sus dichos el vehículo estacionó casi delante de ellas, sobre Patagonia en pleno barrio UPCN, pudiendo ver todos los movimientos. Ante preguntas de las partes manifestó que conoció a Julián a través de Gabriela, y que cuando sucedió esto volvieron a su casa, donde ambas residían, atemorizadas y sin contar nada hasta el día siguiente cuando hablaron con su madre, que había quedado al cuidado de los hijos de ambas. "Cuando vimos todo nos dijimos si avisamos a la ambulancia llama a la policía y como íbamos a llamar a la policía si ellos lo tiraron", dijo luego.
La reconstrucción
También se utilizó en esta oportunidad fotografías donde fue reconociendo los lugares y las posiciones donde estaban ubicados todos los protagonistas del hecho. Refirió que en un primer momento su compañera estaba dispuesta a declarar, para luego revertir su postura, negándose a concurrir junto con ella a Fiscalía, suponiendo que esto ocurría por su temor al ser hija de un funcionario policial. La defensa insistió en el reconocimiento realizado sobre la persona de Solís y preguntó sobre la vinculación con un caso de arresto domiciliario que habría padecido el hermano de la testigo, negando conocer al policía desde esa oportunidad.
Admitió haber comentado la situación con alguien que trabaja en un diario de la zona, quien le recomendó contar lo sucedido, poniéndola en contacto con un abogado, y a partir de allí padeció amenazas y persecuciones. Ejemplificó que su madre fue atropellada por una moto de la institución policial, hablando de allanamientos y advertencias efectuadas hacia su persona, indicando que estaba bajo la figura de testigo protegido.
El perito genético
La jornada había comenzado con un testimonio brindado por uno de los peritos, el doctor Daniel Corach, quien realiza habitualmente trabajos relacionados con identificación genética, con residencia en Buenos Aires. El profesional efectuó su declaración a través del sistema de video conferencia, aclarando que si bien el estudio realizado sobre los elementos enviados no dan una certeza completa, puede deducirse que no se descarta la presencia de restos genéticos pertenecientes a la víctima. Las muestras refieren al patrullero indicado como probable transporte del cuerpo de Julián.
Tratando de simplificar la explicación, el perito señaló los métodos que se utilizan habitualmente para estos estudios, derivando en la posibilidad de pertenecer a un linaje que solo puede encontrarse en nuestro país, y particularmente en la Patagonia. En síntesis dejó precisado mas allá de la precisión o certeza el indicio existe, mas allá de la complejidad a partir de las mutaciones sufridas por los elementos conseguidos para su análisis, y ante una consulta de la querella, dijo que del linaje encontrado, de no haber sido Julián, tendría que haber sido algunos de sus familiares mas directos.
Estaban atemorizadas
Por la tarde, la madre de la testigo protegida ratificó lo expresado por su hija, dando detalles de la relación de ésta con Gabriela Bidera, tras asegurar que llegaron entre las 7 y 8 de la mañana y no dijeron nada, aunque dijo percibir que algo sucedía, lo que la llevó a suponer que habían peleado entre ellas. Al día siguiente, las dos chicas le contaron llorando lo que habían visto, señalando a Julián como el jóven dejado en la calle por la policía, afirmando que ambas estaban angustiadas y atemorizadas.
Más testigos
Hubo mas testimonios, casi todos relacionados con quienes habían concurrido a los lugares bailables en las primeras horas de aquel 5 de septiembre de 2010, la mayoría indicando como llegaron y en que forma se fueron, con horarios y situaciones vividas, de acuerdo a las preguntas de las distintas partes. También depusieron quienes hallaron el cuerpo de Julián tendido en el pavimento, vecinos del lugar que estaban allí por distintas circunstancias e hicieron el llamado a la policía, un vecino a la seccional cuarta y una mujer que pasó al Comando Radioeléctrico.
La Guardia de la seccional
Pero por otra parte se pudo escuchar a una cabo 1ro. que prestaba funciones en la guardia de la comisaría cuarta, dando precisiones acerca de las formas en que se procede para dejar constancia de las denuncias y los distintos procedimientos que realizan en la dependencia. Se le hizo verificar justamente un libro de guardia, dando a entender que muchas veces depende de la persona que ocupe ese puesto para asentar en el cuaderno respectivo cualquier circunstancia que se produzca.
Por ejemplo, afirmó que si alguien es detenido e introducido a la seccional por la puerta del patio, no se tomaba nota de tal situación, completando el testimonio al señalar los elementos verificados en aquella oportunidad, conociéndose quien la precedió en la guardia aquella fecha de apellido Zabala, una de las acusadas.
Continúa mañana
Hoy la jornada comenzó a las 10 y con un corte de treinta minutos realizado a las 13,30, prosiguió hasta las 16,15, desistiéndose de la presencia de algunos testigos y ausentándose dos de los convocados. El Tribunal, conformado por los Jueces Alejandro Defranco, Ivana González y Laura Servent, dispuso la continuidad de esta audiencia de debate para mañana a las 9.
El Ministerio Público Fiscal está representado por la Fiscal General Jefe, Mirta Moreno y el Fiscal General César Zaratiegui, mientras por la querella, también en la parte acusadora actúan los defensores públicos María Angélica Gómez Lozano y Carlos Pericich. La defensa de todos los acusados es ejercida por los abogados particulares Fabián Gabalachis y Gustavo Latorre.