La fiscalía en el colegio 728
La inimputabilidad de los menores de 16 años es el gran debate que se da en las aulas. Al menos, eso se refleja en las charlas que brindan los fiscales en las escuelas secundarias de Puerto Madryn.
“Para las leyes que hoy por hoy rigen en Argentina, los niños menores de 16 años son inimputables para el sistema penal. Solamente pueden internarse en el Centro Orientador Socioeducativo (COSE) los adolescentes que tengan entre 16 y 18 años y hayan cometido delitos graves” explicó la fiscal María Angélica Cárcano en la última charla brindada en el colegio 728. Pero además, para discutir la problemática de los menores involucrados en delitos graves, el eje de la cuestión también debe atender prioritariamente a la puesta en práctica de políticas de inclusión social. “Atacar las causas por las cuales un adolescente comete determinado delito” fue uno de los puntos del debate.
Desde hace varias semanas, los fiscales de Puerto Madryn visitan las escuelas secundarias en un novedoso programa denominado “La Fiscalía va a las aulas”. Allí explican el funcionamiento de los tres poderes del Estado y, específicamente, su tarea dentro del Poder Judicial. Luego se abre el espacio para el intercambio con los chicos y se responden las variadas preguntas que van surgiendo. Si bien hay múltiples inquietudes que cambian de acuerdo al colegio en el que se dicte la charla, hay temas que se repiten. Uno especialmente: la inimputabilidad de los menores de 16 años.
Los chicos, como reflejo de la comunidad, se preguntan como puede ser que un chico que cometa un delito grave no vaya preso. La explicación es que los legisladores previeron que los menores de 16 años, para la justicia penal, sean inimputables sea cual fuere el delito que hayan cometido, debido a la inmadurez en la comprensión del acto y sus consecuencias en función de la edad. También se explica que si bien desde la faz penal los menores son inimputables, desde la instancia civil de la Justicia si se pueden tomar medidas; como ser la internación de menores en diversas instituciones o que los padres se hagan cargo de los daños causados por sus hijos.
Los chicos de ahora y los de antes
Una de las posturas planteadas por los mismos alumnos fue que “los menores de ahora no son igual que los de antes”. "El desarrollo mental del adolescente ha avanzado muchísimo. En los años 20, cuando se sancionó nuestro Código original, un chico de 15 estaba esperando el pantalón largo para incorporarse a la vida social, hoy la madurez de los niños ha crecido". Además se consideró que se debe generar una estrategia integral hacia la problemática adolescente y se deben desplegar políticas sociales activas e inclusivas, ya que las respuestas a la inseguridad también tienen que ver con la salud, la educación y el trabajo. Lo que se debe atacar son las causas que llevan al delito, no las consecuencias”, indicaron.