La etapa de testimonios en el marco del juicio para esclarecer el homicidio del cabo Carlos Omar Corzo se acerca a su fin. En el día de hoy depusieron seis testigos, entre los que se destacó el relato del comisario Gómez quien en el momento del crimen se encontraba al mando de la Brigada de Investigaciones –actual División de Investigaciones Policiales-. En la causa que tiene como único sospechoso a Horacio Gastón Barrientos, la Defensa Pública presentó a tres deponentes de actuación policial que observaron como los testigos presenciales realizaron retratos hablados y recorridos fotográficos. También depuso el actual Director de Cultura de la Municipalidad de Rawson, quien en junio de 2007 fue convocado como perito retratista gráfico por la Jefatura de Policía para realizar retratos hablados a partir de los aportes de los testigos visuales. El Comisario Gustavo Dallarosa, relató al tribunal como tomó conocimiento del hecho y cual fue su intervención en las diligencias subsiguientes. El policía que en ese momento se desempeñaba como Segundo Jefe de la Comisaría Primera de Puerto Madryn comentó que se dirigió junto con el Comisario Luis Alberto Baez hasta el lugar y cuando arribaron, ante la desesperación de los presentes por la demora de la ambulancia Corzo estaba siendo trasladado por un móvil de Infantería. El Comisario aseveró que se resguardó la escena del crimen, e inmediatamente se dio intervención a personal técnico que secuestró entre “seis o siete cápsulas”. También describió el rastrillaje realizado por personal policial, que dio como resultado el secuestro de una gorra y un buzo negro, los cuales según se desprende de los dichos de Dallarosa fueron preservados por una consigna.
UN CRIMEN POCO COMÚN Tanto Dallarosa como el Comisario Gómez coincidieron en un punto: para ambos el homicidio de Corzo fue un hecho fuera de lo común y nunca antes visto en sus extensas carreras policiales. Así lo aseguró el actual Jefe de la División de Investigaciones Policiales, Comisario Néstor Ángel Gómez, quien indicó que dentro de las líneas de investigación se contaba con pautas indiciales de que el agresor no era de Puerto Madryn por la forma en que ejecutó al policía. Gómez se explayó en un extenso relato pormenorizado de las diligencias investigativas que se llevaron adelante para esclarecer el crimen. Hizo referencia a dos líneas de investigación iniciales que apuntaban, la primera a que Corzo conocía al autor del robo y por esa razón el delincuente decidió ultimarlo, y la segunda a que el asesino tenía antecedentes policiales y temía ser detenido, por lo que decidió “fusilarlo” utilizando un arma de fuego de grueso calibre a pocos metros de distancia.
LA INVESTIGACIÓN El Comisario Gómez relató que los avances concretos en la investigación se produjeron cuando lograron entrevistar a un pastor que vivía en la intersección de las calles Domecq García y San Lorenzo, quien alquilaba una habitación a Juan Barrientos, tío del imputado. El locatario declaró a la policía que a mediados de mayo de 2007 arribó una pareja joven que se hospedó en la habitación de su inquilino, la cual se habría marchado entre los días 10 y 11 de junio. Ante esta respuesta se le exhibieron varias fotos de delincuentes prófugos de la justicia en otras provincias, entre las que se encontraba una imagen de Gastón Barrientos que fue reconocida de inmediato por el testigo. La cercanía entre el lugar donde se alojaba el presunto asesino y la zona donde se perpetró el crimen, permitió a la policía esclarecer porque se había escabullido de los rastrillajes con tanta rapidez. Posteriormente se profundizó sobre la identidad y los antecedentes de Horacio Gastón Barrientos y se decidió enviar una Comisión Policial con destino a General Roca y Neuquen. Asimismo se realizaron allanamientos en Bahía Blanca y se enviaron comunicaciones con los datos fisonómicos de Barrientos a todas las comisarías del país. El Comisario relató que fue la policía de Neuquen quien finalmente logró detener a Barrientos, luego de interceptarlo cuando éste se encontraba en la vía pública junto a otros sujetos. El testigo expresó que cuando los trataron de identificar los delincuentes los “recibieron a balazos” a tal punto que el Sargento Primero Gabriel Jara fue ultimado “de la misma manera que Corzo”.
EL HECHO El fatídico hecho se inició el 9 de junio de 2007 aproximadamente a las 20.15 horas, cuando el imputado Horacio Gastón Barrientos, habría ingresado a una fiambrería situada en la calle San Martín y 9 de julio de esta ciudad, vistiendo una campera de polar oscura, una gorra negra con vivos rojos y blancos con la inscripción “River Plate” haciéndose pasar por un cliente. Una vez dentro del local, valiéndose de un arma de fuego que llevaba en la cintura, la cual exhibió, intimidó a la propietaria del local y a las dos empleadas que se encontraban en el mismo, llevándose consigo la recaudación del día. Una vez alertado el personal policial por las víctimas de este hecho, iniciaron la búsqueda del presunto autor y es así que a las 20.35 horas aproximadamente en la intersección de las calles Sarmiento y Rosales, el cabo Corzo con prestación de servicio en el comando radioeléctrico de Puerto Madryn interceptó a Barrientos, quien circulaba en una bicicleta de color rojo –la cual también se encuentra secuestrada- quien luego de una discusión le disparó ocho veces, impactando en la humanidad del Carlos Omar Corzo la totalidad de cuatro disparos, provocando esto su muerte casi inmediata.
