Los querellantes Rodrigo Miquelarena (representante de la Fiscalía de Estado) y Eduardo Conde (Oficina Anticorrupción) realizaron un alegato en conjunto para describir lo que ellos consideraron “una burla al sistema administrativo, propio de un delito de camisa blanca cometido por quienes se aprovecharon de su posición de poder” para cometer los ilícitos.

Ambos adhirieron a toda la  investigación y  las decisiones que tomaron los fiscales general Omar Rodriguez y Alex Williams.

Miquelarena les reprochó a los imputados haberse “robado las contrataciones en vez de acelerarlas, ante la situación de emergencia que se vivía en Comodoro Rivadavia”. Refiriéndose a jurisprudencia internacional referida al combate de los delitos de corrupción y el marco legal para combatirla, el querellante no dudó en utilizar la palabra “lacras para los que a través del Estado se benefician personalmente” en el marco además de una situación de emergencia climática como lo que se vivió en el año 2017.

Conde y los delitos de corrupción

Por su parte el querellante Conde se refirió a la emergencia climática en esa ciudad, la afectación de los servicios y un tercio de la población de esa ciudad  afectado de manera severa. “En medio de esa dramática situación. En una semana cayó la cantidad de agua que cae en dos años, con 3.000 familias evacuadas y 7.000 familias  auto evacuadas, un total de más de 100.000 personas afectadas, un tercio de la población de toda la ciudad. Mientras este drama ocurría, aquí en el territorio del poder se tejía esta red de corrupción aberrante”, dijo. 

Calificó al “corrupto” como una persona “desangelado, que no cree en un horizonte de bien común, egoísta, mezquino, codicioso, cínico, que no le importa el prójimo, no le importa el dinero estrictamente en sí mismo sino como un medio para tener reconocimiento social. Así logra el poder necesario como medio para someter al más débil”, indicó.

Talón de Aquiles

Dijo además que la “corrupción es el talón de Aquiles de la democracia, afectando a la credibilidad de la sociedad en el sistema, las instituciones y el funcionamiento del Estado”. Posteriormente realizó consideraciones políticas para concluir que las investigaciones realizadas y en proceso, “son solo coletazos”, para destacar lo que llamó un contexto de “pasividad de la sociedad civil” además de “fallas en los organismos de control del Estado” y de “parte de la prensa que avaló esta situación”.

Concluyó en que el fallo del Tribunal “debe dejar un mensaje para reducir la corrupción a su mínima expresión. Porque extinguirla no es posible, ya que la corrupción es una patología y siempre habrá un corrupto deambulando por el Estado”. Finalmente ratificó lo actuado por los representantes del Ministerio Público Fiscal.

-Producido por el Área Comunicación Institucional del Ministerio Público Fiscal del Chubut. Oficina Rawson