Una mujer, que trabajaba como empleada doméstica en el domicilio de la familia de un médico de la zona, deberá realizar tareas comunitarias, de acuerdo a lo determinado en una audiencia donde se procedió a la suspensión de juicio a prueba (arts. 294 y 295 del Código Procesal Penal), tal la propuesta presentada por la defensa, ejercida por la Dra. Gladys Olavarría.   La acusada robó unos 17.000 dólares, abusando de la confianza brindada por la familia empleadora, en un hecho ocurrido en octubre de 2009, calificado por el Ministerio Público Fiscal como hurto simple, según los artículos 162 y 45 del Código Penal. La presentación de la defensa ofrecía una reparación de cien horas en trabajos comunitarios, por el término de un año, intentando de esta manera resarcir de alguna manera el daño económico causado, enfatizando que no tiene antecedentes y es la primera vez que se involucra en un delito.   De todas maneras, otorgada la palabra al galeno, presente en la audiencia junto a su esposa, éste puso de manifiesto la forma en que su ex empleada fue ayudada en forma constante, llegando a involucrarse en su familia como una mas, a quien se le hizo un aporte tanto afectivo como económico, a sabiendas de la difícil situación por la cuál atravesaba. El Doctor recalcó la decepción que sentían en su familia, y mas allá de pregonar una solución, hizo hincapié que las cien horas de tareas no eran las adecuadas, manifestando que la acusada sabía el daño que estaba provocando al cometer el hecho e instaba a que tal situación no le ocurriera a otra persona.   Consideró que debía consideràrsela como una persona de cuidado, al dar detalles de cómo trató de culpar a gente que trabajaba en su vivienda y después que robó pagó con ese dinero, entre otras cosas, recetas de ópticas y arreglos del auto de su pareja, además de haber adquirido varios muebles. Propuso que devolviera las cosas compradas, pero para ser donadas a Cáritas de Barrio INTA, donde acuden personas necesitadas.   El médico manifestó: “ella de casa se llevó seis años de trabajo, de acuerdo a los ingresos que uno tiene y no me parece justa la reparación ofrecida…”, sin perjuicio que finalmente se adopte alguna decisión. Precisó que de todo lo robado se devolvieron 1.100 dólares y 2700 pesos.   La Fiscal General, Doctora María Tolomei, sostuvo que el hecho ocurrió entre el 30 de septiembre y el 4 de octubre de 2009, y está comprendido para proceder a una suspensión de juicio a prueba. De todas maneras, cuestionó la razonabilidad de la reparación planteada ya que se debería tener en cuenta que el daño ha sido cuantioso, grave y se comprobaron algunas compras efectuadas con ese dinero. Insistió en la posibilidad de devolución de los elementos, para donarlos a personas que lo necesiten, al menos para reparar una pequeña parte del caso. “LA PROXIMA VEZ PENSA EN TUS HIJOS…”   El momento se tensó cuando tomó la palabra la propia acusada, y en medio del llanto dijo que si eran pocas las horas, estaba dispuesta a trabajar todo lo que quieran, aclarando que no puede devolver nada, debido a que todo se lo llevó quien era su pareja, que además le hace la vida imposible, la persigue, apedrea y amenaza en la actualidad.   “Les pido perdón, robé por necesidad, la culpa que siento todos los días es inexplicable, ya nunca estaré bien después de lo que hice…”dijo la mujer mirando a quienes finalmente fueron víctimas de su proceder, para agregar: “esta persona me llevó a esto, quiero cumplir con la Ley y ustedes saben que no lo voy a volver a hacer porque no soy delincuente, no me da la cara para pedir perdón a cada rato…” Indicó que lo único que le queda es una cucheta donde duermen sus hijos, el resto se lo habría llevado la otra persona.   Volvió a hablar el médico dando a entender que lo suyo no era una petición obligatoria, sino una expresión de deseos, y le preocupaba mas que sería de la persona mencionada por la acusada, de apellido Narambuena, quien además está involucrado en otras causas judiciales. “Me interesa que te des cuenta de lo que pasó”, dijo el médico, mientras su señora intervino para expresarle: “la próxima vez pensá en tus hijos, que necesitan una mamá que los quiera y esté con ellos, ya que sería difícil no quedar detenida, fijate de quien te rodeás…” le señaló, ante el asentimiento de la inculpada, envuelta en lágrimas.   Finalmente, la probation se acordó en una año y medio de tareas comunitarias, a través de 150 horas. El Juez, Doctor Fabio Monti adelantó que notificará a las partes una resolución favorable en el término de tres días, debiendo luego dirigirse la señora a la Oficina de Ejecución Penal, para determinar la institución donde deberá llevar adelante el trabajo.