Finalmente la víctima no se presentó en el juicio ni pudo ser ubicada y sus dichos no se acreditaron con los demás testimonios. El fiscal solo mantuvo la acusación por lesiones leves respecto de uno de los imputados en su alegato final, exponiendo que la prueba fue insuficiente para acreditar la totalidad de los cargos. La querella sostuvo el pedido de condena por todos los hechos investigados, y la defensa esgrimió la prueba producida para asegurar que lo único probado es que los hechos no ocurrieron como la víctima había denunciado.
La denuncia y su relato fue el puntapié inicial de la investigación, luego se sumarían los resultados de pericias, los informes de operadores y los dichos de testigos en entrevistas informales. “La hora de la verdad” no sería otra que la del juicio, el momento en que las evidencias se convierten en prueba. El terreno en que las hipótesis se cruzan, se analizan a la luz de las probanzas, se procura reconstruir los hechos y se construye la decisión del juez.
En esa arena uno de los contrincantes dejó su lugar vacío y la falta no pudo ser suplida con el resto de los recursos. Esto fue así porque ninguna de las otras pruebas permitió corroborar indiscutiblemente lo dicho en la denuncia, y la denuncia quedó en eso, un simple papel sin voz, sin rostro, sin emociones, sin argumentos.
El posicionamiento de las partes
Finalmente solicitó que se condene a Aminahuel a 4 años de prisión y a Valenzuela y Ortiz a tres años y seis meses de prisión, en todos los casos con inhabilitación absoluta por el mismo lapso de tiempo.
Graciela Conesa construyó su alegato aseverando que se probó que los hechos no ocurrieron como se acusaron. Resaltó que ninguno de los testigos vio como se produjo la lesión en el labio del denunciante. Destacó que este estaba ebrio y agresivo. Resaltó que los empleados policiales asistieron a la comisaría para asegurarse de que el denunciante no quisiera cumplir las amenazas que había vertido respecto de esa dependencia y que actuaron como era esperable en esas circunstancias. También resaltó que las lesiones constatadas podrían haberse autoinfligido debido al estado de ebriedad, citando para esto la prueba médica.