Uno de los casos más simples de resolver, demandó varios meses de discusiones, audiencias, juicio y revisión por la Cámara. Comenzó como un delito en flagrancia cometido dentro de los Tribunales de Esquel por un sujeto convocado a una audiencia. Reconoció el hurto de la computadora portátil de una jueza pero no hubo acuerdo respecto del monto de pena. La Fiscalía pidió doce meses, la Defensa dos y el juez Colabelli le impuso 6 meses de prisión. Ahora los camaristas Guillermo Alberto...