Los jueces condenaron a Sandro Álvarez por el homicidio de Fabián Bregonzi, ocurrido en 2003. La próxima semana se pedirán las penas, que serán entre 10 y 25 años de prisión.
El Tribunal integrado por los jueces Patricia Asaro, Marcelo Orlando y Marcelo Nieto Di Biase hizo lugar al planteo de la fiscalía y condenó a Sandro Álvarez por el “homicidio en ocasión de robo” contra Fabián Bregonzi, ocurrido en 2003 en Playa Paraná.
La jornada anterior, el fiscal Daniel Báez alegó que se encontraba “debidamente probado” que Sandro Álvarez fuera el coautor del “homicidio en ocasión de robo” del cual fuera víctima Fabián Bregonzi. “Álvarez deben hacerse cargo de la totalidad del hecho con sus consecuencias penales. Resulta endeble su postura de negar su participación, no pudiendo desvirtuar sólo con sus dichos la prueba objetiva, como ser la huella dactilar palmar en el vehículo atacado y su ADN en los precintos. Y si bien no se puede probar que fuera él quien efectuó el disparo mortal, si se ha probado que tres días después de ocurrido el hecho portaba el arma utilizada para matar a Bregonzi”, afirmó Báez en sus alegatos.
El abogado defensor, Patricio Romero, en cambio, apeló en sus alegatos a demostrar la inocencia de Álvarez y apuntó a cuestionar las pericias realizadas en el caso.
Finalmente, el Tribunal hizo lectura de su veredicto pasadas las 12.30 horas del viernes, ante una sala de audiencias colmada por familiares de la víctima y del acusado. Por pedido de las partes, los jueces Marcelo Orlando, Patricia Asaro y Marcelo Nieto Di Biase dieron lectura de la parte dispositiva, declarando coautor del “homicidio en ocasión de robo” a Sandro Álvarez.
El próximo miércoles, a las 9, se realizará la “audiencia de cesura”, donde las partes solicitar las penas, entre 10 y 25 años de prisión.
“Me mataron”
La noche del 15 de diciembre de 2003, Fabián Bregonzi se encontraba dentro de su automóvil en Playa Paraná, en compañía de su novia Gabriela Edith Fernández. Según la declaración de la testigo en el juicio, esa noche “cerca de las 24 horas llegaron 4 hombres que intentaron abrir las puertas”. Cuando Bregonzi intentó escapar en el vehículo “comienzan a disparar”. “Se escucharon disparos simultáneos, aproximadamente cuatro, y se ven los fogonazos. Fabián se desvanece sobre el volante y me dice “me mataron”. Luego rompen los vidrios, abren las puertas del lado de adentro, me piden la cartera y me ataron las manos por delante con un precinto”, intentando hacer lo mismo con Fabián Bregonzi, quien yacía en el piso herido de muerte.
Las pericias científicas fueron claves
En el lugar del hecho la policía logró levantar huellas dactilares y palmares del exterior del vehículo, así como también secuestró un plomo encamisado y precintos, elementos que serían fundamentales años más tarde. “De la prueba debatida en el juicio, las que incriminan al imputado en la participación del hecho son las pericias papiloscopica (huellas digitales), balística y de ADN”, afirmó Báez en sus alegatos.
“Las huellas digitales no dejan lugar a dudas de la presencia del imputado en el lugar del hecho tomando contacto con el vehículo”, expresó el fiscal. Asimismo, de los rastros dejados por los autores, se secuestraron tres precintos con los que maniataron a la víctima. “Estos precintos resultan determinantes para probar la coautoría de Álvarez en el hecho, pues en los tres precintos hay ADN del imputado, en uno de ellos incluso con un porcentaje del 99,97%”. “Esta pericia resulta concluyente porque ya no sólo tenemos una huella de la palma izquierda de Sandro Álvarez en el vehículo sino que además podemos afirmar que manipuló los precintos dejando su ADN en los mismos”, agregó Báez.
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