En la Cámara del Crimen de Puerto Madryn se inició el juicio que se sustancia a Valeria Pérez Aquino, acusada del “Homicidio Simple” de Julio Rocha Rocabado, quien fuera su marido y falleció víctima de quemaduras provocadas por agua hirviendo en la mitad de su cuerpo. Mañana, a partir de las 9 horas continuarán las declaraciones testimoniales y se realizarán los alegatos.

El tribunal compuesto por los magistrados Silvia Martos, Leonardo Pitcovsky y Rafael Lucchelli, receptó las declaraciones de ocho testigos, entre quienes se encontraban los médicos que atendieron a la víctima en el Hospital Subzonal Andrés Isola, el médico legista del Cuerpo Médico Forense que realizó el informe necroscópico del cuerpo de la víctima y el informe mental obligatorio a la imputada. Respecto el mentado informe, el profesional señaló que la imputada demostraba cierto primitivismo en su conducta y al entrevistarla se logró deducir la existencia de un ambiente familiar muy patológico desde su adolescencia. También declararon tres individuos que conocían a la pareja conformada por Rocha Rocabado y Pérez Aquino, uno de los cuales fue designado por el tribunal para que oficie como traductor de la lengua quechua, puesto que la imputada evidenciaba cierta dificultad para comprender el idioma español. Si bien los tres declarantes negaron tener una relación estrecha con la pareja, en sus testimonios relataron algunos episodios cotidianos tales como la relación de Pérez Aquino con uno de sus hijos discapacitado y la situación de abandono por parte de Rocha Rocabado hacia su mujer.

EL HECHO

La muerte de Julio Rocha Rocabado se produjo el día 23 de marzo de 2007 luego que Valeria Pérez Aquino, quien fuera su concubina por más de 35 años y su esposa desde el 2003, le habría tirado agua hirviendo provocándole quemaduras en el 63 por ciento de su cuerpo.

Dicha agresión se habría producido a continuación de una discusión conyugal, cuando Julio Rocha Rocabado se encontraba acostado en una cama ubicada en el living comedor del domicilio que compartían.

A raíz de las quemaduras, la víctima se dirigió por sus propios medios al hospital local, donde le manifestó a los profesionales de guardia que le brindaron la primer asistencia médica que su mujer le había tirado agua caliente.

Posteriormente, se derivó a Rocha Rocabado al Sanatorio de la Ciudad, donde falleció a las 19.10 horas del mismo día por una insuficiencia respiratoria generada por las graves quemaduras. El informe efectuado por los médicos forenses, ratificó que el occiso sufrió quemaduras en el tórax, la cabeza y los miembros superiores. Las mismas se extendieron a las cavidades nasales, boca y fauces por la deglución y aspiración de líquido a elevada temperatura, con el consiguiente distrés respiratorio agudo severo.