3 años y 6 meses de prisión en suspenso e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos fue la pena dictada por la jueza Marcela Pérez Bogado para la directora de la escuela condenada por “negociaciones incompatibles con la función pública”.
Se condenó a la directora de escuela rural Verónica Reyes y a su esposo, el comerciante Helvio Cancian, por negociaciones incompatibles con la función pública. La investigación de la fiscalía surgió porque les habrían dado pollos vencidos a los niños de la escuela y derivó en la presunta comisión de delitos contra la administración pública.
El debate se realizó durante la semana pasada en el Centro Comunitario de Gastre, ante la presencia de una numerosa cantidad de público que escuchó atentamente los alegatos de los fiscales y los defensores.
Marcela Pérez, fiscal de Puerto Madryn, llevó adelante la acusación y afirmó que se demostró que la directora Verónica Reyes realizó negociaciones incompatibles con su función pública al convertir en proveedor a un comercio que beneficiaba a su esposo, en contraposición a su responsabilidad como funcionaria que representa al Estado Provincial al frente de una Escuela.
En cambio, los defensores particulares Enrique Maglione y Matías Cifuentes pidieron la absolución de sus patrocinados, afirmando que no se configura el tipo penal de la acusación. Verónica Reyes declaró en la última jornada y pidió perdón si se equivocó “en algo”, diciendo que hizo todo por la escuela; aunque aconsejada por la defensa, no respondió preguntas por parte de la fiscalía.
La investigación
La directora ordenó que se cocinen pollos vencidos para los niños que asisten a la escuela con internado, lo que motivó que el personal afectado a la escuela bajo la dirección de Reyes se comunicara con las autoridades locales para poner en conocimiento dela situación, según se ventiló en el debate.
Durante el juicio, una mujer que trabaja en la escuela desde hace 12 años, indicó en el juicio que era cocinera y dice que pasó a cumplir funciones de portera cuando se negó a cocinar los pollos vencidos. “Tuve inconvenientes porque en una oportunidad había pollos vencidos. Le comuniqué a la directora Reyes que no iba a cocinar pollos que estaban pasados de la fecha de vencimiento unos 30 días. La señora me hizo un acta porque no quería cocinar y después me pasaron a la portería”, indicó la mujer.
Si bien no se pudo comprobar que la intoxicación sufrida por los niños haya sido por comer los pollos, en el curso de la causa se descubrieron diversos desmanejos con los cuales operaba la dirección de la escuela, principalmente, porque la directora realizaba las compras utilizando a un poblador analfabeto de Blancuntre cuando en realidad eran adquiridas en el negocio propiedad de su esposo.