El fiscal jefe, Martín Zacchino, fue quien tuvo a su cargo la explicación del sistema que se pretende poner a prueba. En su introducción se refirió a la necesaria complementariedad del trabajo de ambas instituciones y del rol trascendental de cada una en su terreno para lograr la aplicación de la ley penal cuando corresponda. Así, sostuvo que la policía tiene a su cargo el trabajo de calle y los fiscales el trabajo jurídico, pero para que un caso efectivamente se resuelva es indispensable que ambos roles se articulen en función de lograr la mayor efectividad posible en la investigación, de frente a las necesidades probatorias que demanda un juicio.
Zacchino sostuvo que la manda procesal que obliga a la inmediata comunicación de los hechos con relevancia penal a la Fiscalía, se fue desvirtuando y significó una recarga de trabajo para unos y otros. Con la intención de cumplir acabadamente con la finalidad de esa comunicación es que se elaboró el nuevo protocolo que cubrirá la necesidad de trasmitir la información, que la Fiscalía dé directivas, que la comunicación y su contenido se registre, que se pueda realizar un control funcional, y que valga del guía para el juicio.