Fuga de Lucas Ávila Maya condenado por el homicidio de Santiago Blanco
Seguramente nadie desconoce lo dificultoso que es probar en juicio la hipótesis acusatoria frente a un hecho delictivo y más aún obtener una condena que satisfaga las expectativas de las víctimas. Esto se logró con la investigación del homicidio de Santiago Blanco. La Fiscalía, así como todos los organismos que participaron de la investigación y del trámite judicial, invirtió fuertemente en recursos humanos y materiales para ello. Se logró reunir elementos con fuerza probatoria, llevarlos a juicio y convencer al Tribunal al punto de dictarse una sentencia condenatoria acorde con las expectativas de los acusadores y también de la familia de la víctima.
Sin embargo, al momento de la ejecución de la pena, el sistema carcelario resultó ineficiente y Lucas Ávila Maya condenado a 17 años de prisión, se fugó poco después de que esa pena fuera ratificada por la Cámara Penal. Generando así una sensación negativa en las víctimas, como también de descreimiento de la opinión pública acerca del proceso penal.
Cabe recordar la gravedad de los hechos acontecidos el pasado 5 de agosto de 2014. Días anteriores, los tres imputados, Gustavo Martínez, Mariela Martínez y Lucas Ávila Maya, habrían realizado actos preparatorios al ilícito. Aquel día se hicieron presentes, previa minuciosa vigilancia, en la finca de la familia Blanco. Ingresan por la parte trasera de la misma contra la voluntad de sus moradores. Sorprendiendo a sus ocupantes en su interior exigiéndoles que les entregaran dinero. La señora de la casa comenzó a gritar provocando que su marido se despertase, éste tomó un arma de fuego que guardaba y se dirigió al lugar donde se desarrollaba el suceso. Al observar que su esposa e hijo estaban siendo intimidados por los agresores les gritó provocando que Martínez y Ávila Maya comenzaran a disparar al menos en cinco oportunidades con las armas que llevaban en dirección a las víctimas, haciendo lo propio el Sr. Blanco al menos en una oportunidad. Impactando los disparos efectuados por los agresores en el padre del fallecido, su esposa en su pierna derecha y Santiago Blanco en su abdomen. En el intercambio de disparos Gustavo Martínez fue alcanzado por un proyectil que impactó en su abdomen pero logró retirarse mal herido del inmueble, logrando darse a la fuga del lugar en un rodado. Producto de las lesiones causadas por los coautores mencionados Santiago Blanco perdió posteriormente la vida. Seguido al hecho dejan a Gustavo Martínez herido en el Hospital; y Mariela Martínez y Lucas Ávila Maya huyen con identidades apócrifas hacia Mendoza, donde finalmente fueron detenidos.
Se considera que a partir de esto es necesario generar en la comunidad un debate sobre las deficiencias y carencias del sistema carcelario, como también que se debe requerir al Poder Político ejecutar políticas públicas claras que garanticen la seguridad de la comunidad y la resocialización de las personas privadas de su libertad.
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