En la sala de la cámara penal, ubicada en el sexto piso de los tribunales en Trelew, dio comienzo el juicio oral y público, donde se ventila lo ocurrido en el pabellón cuatro de la alcaidía policial de esta ciudad, en oportunidad de producirse la muerte de Juan Carlos Agüero el 22 de marzo de 2014, contándose con el cuerpo colegiado conformado por los Jueces César Zaratiegui, Mirta Moreno y Sergio Piñeda.
Exposición fiscal
La fiscal general María Tolomei resaltó que en este debate se trata un suceso de características muy peculiares, ya que en su transcurso se hará el intento de aproximarse a un universo muy diferente, tratándose de un ámbito donde conviven personas privadas de la libertad, que se basan en sus propios códigos, costumbres y hasta relaciones humanas. Esto hará que tal vez no se lleguen a entender todas las razones que llevaron a las consecuencias que hoy promueven este juicio, pero a partir de lo investigado, se busca dilucidar como murió Agüero y quienes fueron los principales responsables.
Manifestó la fiscal, en la presentación del caso, que el 22 de marzo de 2014 en el pabellón cuatro de la alcaidía se encontraban alojados doce internos, privados de libertad debido a delitos como homicidio, robo y robo agravado, entre otros, estimando que el crimen de quien resultó víctima fue cometido habiéndose tenido en cuenta una preparación y con extrema crueldad, participando al menos tres personas. Dijo que no se contaba en la dependencia, y particularmente en las cercanías del pabellón aludido, con una vigilancia permanente, además de no contarse con reglas de organización de espacios y pertenencias.
Fue en este contexto que a las 17,45 de ese día se trasladó a Cristian Rivera hacia la seccional tercera, un detenido que era hombre de plena confianza de Agüero, considerado referente principal del lugar. Luego de eso y mientras el mencionado se encontraba en el baño, fue abordado por tres personas, entre ellos Pablo y Sergio Rivero, generando un ataque brutal, cruel, buscando el resultado muerte, mientras el agredido intentaba defenderse y protegerse con sus brazos, recibiendo todo tipo de lesiones punzantes, corto punzantes y cortantes, pudiéndose certificar mas de cien heridas en todo su cuerpo. En su relato, la doctora Tolomei especificó detalladamente las heridas, sugiriendo que Agüero fue sujetado por sus brazos y le aplicaron numerosas estocadas sin solución de continuidad, advirtiéndose la ferocidad y brutalidad con la que se atacó a esta persona sola.
Su cuerpo fue arrastrado desde el baño hasta la puerta del pabellón y entregado a las 18,40 a los agentes Di Gregorio y Huenchual. Esto da la pauta que durante cincuenta minutos el resto de los internos se dedicaron a limpiar el sitio y ocultar los elementos utilizados, hallándose dos hierros ocultados en las cloacas del baño, pero también se baldeó todo el pabellón con la utilización de secadores y cepillos, además que rompieron todos los focos en el afán de evitar una observación precisa, para lograr la impunidad de los protagonistas del ataque. Remarcó la fiscal que eran diez quienes se encontraban en el pabellón además de la víctima, luego del traslado de Rivera, pero tiempo mas adelante fallecieron dos de ellos, Julio Huentecoy y Guillermo Avila, en incidentes ocurridos allí mismo.
Querella
El querellante Adrián Morales, en representación de Ezequiel Agüero, padre de Juan Carlos, adhirió a la postulación de la fiscalía aunque expresó que intentará demostrar las motivaciones de tanto ensañamiento. Indicó que Agüero, alias “Trelew”, se encontraba preso desde 2013, habiendo pasado por diferentes unidades penitenciarias, lo que le permitió hacerse de amigos y en el transcurrir del tiempo la vida ya no es la misma, transformándose en líder del pabellón, manteniendo un orden dentro del mismo.
Aseguró que ese liderazgo en algún momento fue puesto en tela de juicio y eso se paga con este tipo de situaciones, responsabilizando a los hermanos Rivero y pidiendo se de lugar a una reconstrucción de los hechos en la alcaidía, y subsidiariamente si no se cuenta con la colaboración de los imputados, se proceda a una inspección ocular.
Defensa
Al momento de su turno, el defensor oficial Lisandro Benítez resaltó que no existen evidencias que puedan ventilarse durante este juicio para determinar autoría de persona alguna que terminara con la vida de Agüero, ni tampoco hay certezas para resolver el encubrimiento. Advirtió que no hay testigos directos y al momento de los hechos no se detectaba situación de conflicto, adelantando que solicitará la absolución de todos sus defendidos.
Alcaidía e internos
El comisario inspector Pablo Daniel Heredia, a cargo de la alcaidía en aquellos días fue el primer convocado para deponer en la sala, siguiéndole el oficial Di Gregorio, que fue llamado en aquel momento para recibir envuelto en una frazada el cuerpo de Juan Carlos Agüero desde el interior del pabellón. En los dichos de ambos se evidenció que no había una vigilancia rigurosa sobre los detenidos, siendo estos mismos los que imponían las reglas de convivencia y los códigos con los que se manejaban, no habiendo percibido ninguno lo que estaba ocurriendo en el interior del baño de aquel pabellón.
Un ejemplo lo dio el comisario Heredia al manifestar que trabajaban sin las suficientes medidas de seguridad y con poco personal, por lo que se arreglaban lo mejor que podían adaptándose a los elementos con los cuales se contaba. Eran cinco o seis los efectivos por turno, sumando para la tarea de guardia a quienes estaban de franco en otras labores. La falta de un monitoreo con cámaras no permitía tener una noción cierta de lo que pasaba, y los detenidos se manejaban con referentes que hacían las veces de voceros con ellos, aunque si había algún incidente se podían llegar a enterar si los mismos afectados los llamaban. Los propios internos cuidaban que nada se altere, quedando algunos como guardias en el pabellón, en los momentos de recreo y por las noches, alguno no dormía haciendo las veces de sereno.
Sin embargo, el comisario Heredia, ante las consultas refirió que Rivera era el referente de aquel sector en aquellos momentos, pero tenía una causa junto con Civitarreale, quien a su vez había pedido ser llevado a la alcaidía y por esto solicitó su transferencia a la seccional tercera. Cuando esto ocurrió, se produjo el ataque feroz a Juan Carlos Agüero. Remarcó el comisario, que hoy cumple funciones en el área penitenciaria de jefatura, que se debían tener en cuenta muchas situaciones, entre ellas las disputas familiares o el tipo de delitos para poder tomar decisiones acerca de donde alojar a determinadas personas.
Calificación
Pablo Rivero, actualmente detenido en la unidad 6 y su hermano Sergio Rivero están acusados como coautores por homicidio agravado con ensañamiento, mientras Diego Huenelaf y Nahuel Santul, ambos cumpliendo prisión en la alcaidía por otras causas, Miguel Angel Sañanco, Néstor Riquelme, Héctor Lastre y Nicolás Brizuela, son imputados con el delito de encubrimiento agravado.
Seguridad y público
Cabe destacar que las jornadas se desarrollan en un ámbito rodeado de estrictas medidas de seguridad, sumándose numerosos agentes de distintos sectores de la policía, debiendo trabajar la prensa en el lugar que habitualmente está destinado al público en general. A propósito, fue escasa la presencia de gente, no permitiéndose el acceso a la sala, ya que el debate se puede seguir a través de una pantalla ubicada en el hall central del edificio sobre calle 9 de julio.