A propósito de los alegatos

En lo que va de los alegatos, por un lado escuchamos de la defensa del Sr. Arrechea, una clase de dogmática, mas bien cercana a una conferencia de  seminario, pero que poco dijo de los hechos que se ventilaron y menos de los números que se examinaron. Más aún, se pretendió invocar un inexistente derecho de dominio sobre un inmueble cuestionado en esta causa, desconociendo que para ello es necesario un proceso judicial –nunca iniciado por los interesados- en el que la prueba testimonial no sirve como único fundamento de la sentencia.- Por otro lado, la defensa de Jones, tiene mucho que ver con la arenga de un indignado que busca responsables, y calificar con adjetivos tremendos distintas etapas del juicio. Se alude genéricamente a un presunto quebrantamiento de garantías constitucionales, sin identificar perjuicios concretos, interpretando sesgadamente las mismas pruebas: son nulas como pruebas de cargo, pero válidas como pruebas de descargo.- Se han repetido circunstancias procesales ya planteadas y resueltas durante el juicio. Si llama la atención que algunos de los defensores hablen de ellos mismos, como una especie de aval de titulos y honores, diputado, consejero, ministro, todos ellos cargos dignisimos y de respeto, pero no se termina de entender de que sirven en este juicio, o bien el alcance que se le pretende dar.- Quizás se piense que tienen mas razón que otros, que están en mejor condición de alcanzar la verdad que otros.- En efecto, se ha ensayado una suerte de “teoría de la equivocación masiva”. Se equivocaron todos: el Banco Central, los síndicos del banco, el juez de instrucción, la Cámara de Apelaciones de Trelew, el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del Chubut, el Concejo Deliberante de Rawson, el Registro de la Propiedad Inmueble, etc. Dice Savater, que la soberbia no se trata del orgullo de lo que tú eres, sino el menosprecio de lo que es el otro. De no reconocer a los semejantes,” y en varios tramos del juicio como en los alegatos se desconoce nuestra tarea, nuestra función y se duda de nuestro desempeño, cuando en realidad lo que hicimos como Fiscales fue ni mas ni menos que nuestro trabajo, lo que nos manda la Constitución y a ella estamos sometidos; la soberbia lleva al individuo a creer que puede colocarse en el lugar del que todo lo sabe, y si bien la verdad es un objetivo en la vida que siempre tenemos que buscar, el creerse dueño de ella es distinto. Las sociedades sanas tienen que ver con la búsqueda de la verdad, no con su patrimonio.-

Atacan el procedimiento mixto en el que se desarrolló y desarrolla este juicio, lo desmenuzan, lo mutilan, lo sarandean con el código acusatorio actual, y concluyen con el diario del lunes, que todo lo hecho esta mal hecho; la realidad es distinta, la Alcaidía está llena de condenados bajo el sistema procesal mixto, y nunca vimos a ninguno de los defensores reclamando por eso; el código mixto fue un proceso que con sus errores y aciertos, fue la ley vigente al tiempo de los hechos investigados, y luego –reforma legislativa mediante- sustituido por un código acusatorio, pero eso no implica que lo pasado pisado, y que queden impunes porque el código cambió.- Hay una marcada tendencia a colocarse como víctimas, a buscar responsables,  no importa  quien, del sistema dicen algunos, de Basilico dicen otros, del ex Procurador, de los inspectores del Banco Nación, del que hizo el inventario de la documentación, de la crisis del tequila, y así siguen, pero la mayoría no quisieron elegir responder a nuestras preguntas, responder viene de responsabilidad, y constitucionalmente eligieron no hacerlo, por eso pueden estar tranquilos que solo buscamos una sentencia justa y que el silencio no implica presunción de culpabilidad, pero no los libera de ella.-